Maduro abre la posibilidad de una reforma constitucional
La reforma constitucional para prohibir la práctica del “fracking”, una técnica no convencional para extraer crudo, fue calificada como de cuidado, “ostentosa” y un símbolo que le permitirá al Gobierno del presidente Nicolás Maduro continuar con su discurso contra Estados Unidos.
El mandatario venezolano asomó la posibilidad de ir a una reforma constitucional en su último programa de radio y televisión en la semana previa, aunque no ofreció detalles de cómo espera llevar a cabo su propuesta.
“Voy a proponer una prohibición constitucional a las técnicas del fracking para que nunca más nadie se atreva a utilizar esta técnica para explotar gas o petróleo en Venezuela”, dijo Maduro.
“Es una técnica antihumana, contaminante, destructiva”, agregó el presidente.
El abogado constitucionalista Enrique Sánchez Falcón resaltó que para cambiar la Constitución se contemplan tres opciones como la reforma, enmienda y Asamblea Constituyente, pero en cualquiera de los casos se necesita someter la decisión a la consulta popular y será la voluntad de los electores que decidan si debe hacerse una modificación a la Carta Magna.
“Para establecer la prohibición del fracking no hace falta modificar la Constitución porque es demasiado ostentoso para un simple cambio en materia de explotación petrolera”, dijo Sánchez Falcón.
El abogado Leonardo Palacios señaló que la propuesta, además de alentar el discurso antiestadounidense, hay que verla con cuidado porque puede ser “un lobo vestido de oveja” y repetir la experiencia del 2007 cuando el fallecido presidente Hugo Chávez incorporó la reelección indefinida, el establecimiento del Estado Comunal y “la lesión de derecho a la propiedad”.
Ese año, Chávez solicitó la reforma de la Carta Magna para construir las bases “socialistas” de la nación.
Palacios calificó como “absurdo” prohibir el “fracking” vía constitucional cuando lo podría ejecutar con una reforma de la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Las reformas constitucionales son para establecer la base de la organización del Estado, dijo.
“Una reforma constitucional tiene su proceso, y el país en los actuales momentos no está para una propuesta de ese envergadura, lo que el país requiere es unir todas las fuerzas políticas y sociales para lograr establecer las formas de recuperación de la economía y el fortalecimiento institucional”, dijo Palacios.
Ricardo Sucre, politólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, afirmó que para prohibir el fracking no es necesario realizar una reforma constitucional, una técnica que en su opinión ha sido utilizada como motivo y símbolo en el discurso contra el gobierno del presidente Barack Obama.
“Es una especie de símbolo de lucha contra Estados Unidos, es un estatus, un elemento más en su discurso antinorteamericano, una medida más en la construcción de la retórica, la razón es política, es un mecanismo de movilización”, dijo Sucre. “Me parece un argumento absurdo (…) con que PDVSA lo prohíba es suficiente”, agregó el politólogo.
Incluso, afirmó que con la reforma puede venir algo más allá de lo que significa la prohibición del fracking.
Chávez propuso durante la campaña presidencial de 2006, a siete años de la aprobación del texto legal, una reforma constitucional con el objetivo de construir las bases “socialistas” de la nación. Sin embargo, esa propuesta representó su primera derrota, con la pretendía ampliar sus poderes y eliminar los límites a la reelección presidencial.
Pero en el 2009, la Asamblea Nacional, dominada por la bancada oficialista, aprobó una propuesta de enmienda que permitiría la reelección sin límite del mandato del presidente y todos los cargos de elección popular. El texto luego fue sometido a un referendo.
Los pasos
El abogado constitucionalista, Enrique Sánchez Falcón, explica que existen tres mecanismos para reformar la Carta Magna. “La primera es una enmienda en la que se mantiene el texto de la Constitución intacto, de manera que la corrección que se haga se coloca al pie de cada artículo. La segunda opción es una reforma constitucional en la que se refiere a modificaciones más profundas sin que se alteren los principios fundamentales contemplados en los nuevo primeros artículos; y por último la activación de una constituyente en donde no solo se redacta un nuevo texto sino que se establece un nuevo orden constitucional. Con esta última opción se renuevan todos los poderes públicos”.
Detalla que cada caso tiene sus propios requisitos para implementarse. En el caso de la enmienda se necesita que el “15% de los ciudadanos inscritos en el Registro Electoral, o el 30% de los integrantes de la Asamblea Nacional o el propio presidente la República en Consejo de Ministros”.
Mientras que para la reforma constitucional “podrá tomarla la Asamblea Nacional mediante acuerdo aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes, el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; o un número no menor del 15% de los electores inscritos en el Registro Electoral que lo soliciten”.
Sánchez Falcón explica que la Reforma Constitucional tiene por objeto una revisión parcial de la Constitución y la de varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto.
En el caso de la constituyente se tramita por la Asamblea Nacional el cual debe aprobar con el voto de las dos terceras partes de los integrantes del Parlamento. Este organismo tiene un plazo no mayor de dos años para hacerlo, contados a partir de la fecha en la cual conoció y aprobó la solicitud de reforma.
Deisy Buitrago
Marisela Castillo
redaccion@dinero.com.ve
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