Cedice: Tarjeta de racionamiento es un control perverso
“El Estado decidió responder con una ‘tarjeta de abastecimiento’, o tarjeta de racionamiento a la situación de alta escasez de productos, especialmente de alimentos, que enfrenta Venezuela”. Así lo refirió el Análisis Costo Beneficio “Tarjeta de Racionamiento ¿Cómo llegamos aquí?”, preparado por el Observatorio Económico Legislativo del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice).
En el documento explican que el mensaje que traería la recientemente implantada medida electrónica para la compra racionada de alimentos en las cadenas de abastos y supermercados gubernamentales sería claro: “no hay alimentos suficientes y ahora hay que cerrar el flujo de productos que antes podía ofrecer mediante sus mecanismos de distribución, Pdval, Mercal y el mercado Bicentenario”.
Así pues, señala el análisis que lo anterior llega para confirmar que “el Estado no está para ser empresario y sin empresarios no se genera riqueza ni bienestar”. El estudio destaca que la tarjeta de abastecimiento no es bien vista por los sectores populares como tampoco por la clase media, ya que se trata de un mecanismo para restringir el consumo.
La tarjeta de Abastecimiento Seguro fue anunciada el pasado 08 de marzo, por el presidente de la República, Nicolás Maduro. Durante un evento conmemorativo del Día Internacional de la Mujer, el mandatario explicó que el objetivo del nuevo instrumento sería combatir la especulación y el desabastecimiento que se registraba en la red de mercados del Gobierno.
Se trata pues, en palabras del Jefe de estado, de “un sistema con una tarjeta bancaria electrónica para garantizarle a ustedes la satisfacción de todas las necesidades de las familias que trabajan, que permita acabar con los especuladores y bachaqueros", explicó Maduro para la fecha.
El primer día de abril se dio inicio al registro biométrico de usuarios en el Sistema de Abastecimiento Seguro. Para mediados del mes, ya iban más de 259.000 personas inscritas.
Retrospectiva económica: ¿De dónde nació la tarjeta?
El análisis del Cedice hace una retrospectiva económica y señala que, en 2003 cuando nació el sistema de controles de precio y cambio con la creación de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), luego del paro petrolero, el Gobierno nacional habría emprendido un ataque contra el empresariado venezolano.
Señala que, para ese entonces, se dio inicio a una ofensiva de episodios devastadores para el sector privado: expropiaciones –llegaban a 2.150 entre 2005 y 2012, según remite el documento– y regulaciones cada vez más fuertes para el sector importador. El resultado, apuntan, fue el cierre de las entradas de Divisas. “La condición de ‘portarse bien’ para obtener divisas quedó expresa en 2003 cuando Hugo Chávez dijo que Cadivi se establecería como un control político y no como una medida económica”, refiere el análisis.
En ese sentido, el Observatorio Económico Legislativo de Cedice señala que Cadivi nunca fue una medida económica enfocada en restaurar o proteger el nivel de las reservas internacionales, principal causa esbozada para controles de cambio.
“La prueba de esto se encuentra en la relación que guarda el nivel de Reservas Internacionales (RI) y los precios del petróleo. Entre el año 2003 y el 2014, el barril de petróleo pasó de costar 28,10$ a 104,98$ según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y tuvo su pico máximo en 2012 con 109,45$. Las reservas internacionales pasaron de 21.332 millones de dólares en noviembre de 2003 a 21.639 millones de dólares en enero 2014 según cifras del Banco Central de Venezuela (BCV)”, se lee.
Como resultado, el análisis destaca que en 2013 la situación se volvió insostenible. “La inflación se desbordó con un 56,2% al final del año a causa de los problemas relacionados a la emisión de dinero inorgánico y la perversión del tipo de cambio fijo que no refleja el valor real del bolívar. El aparato productivo no podía hacerle frente a la enorme demanda excedentaria que reclamaba por productos, que en cuestión de dos meses podían aumentar hasta el 50% en algunos rubros”.
“Los aumentos los sufrieron con mayor fuerza los productos electrónicos y las viviendas, donde la respuesta del Estado fue fiscalizar y se acuño popularmente el término “precio justo”, que no fue más que una reducción forzosa de precios, a veces por debajo de su valor de compra”.
El análisis del Observatorio Económico Legislativo de Cedice concluye que al final de 2013, principios de 2014, lo que tenía Venezuela es una situación donde no existe producción nacional, no existe reposición de inventarios, muchos comerciantes cierran sus negocios y se vive con una escasez que alcanzó el 26,5% en marzo, según datos de Banco Central de Venezuela (BCV). “La respuesta social a esto han sido protestas fuertes y sostenidas, la motivación de dichas protestas no es un asunto coyuntural, sino que se trata de problemas del día a día, hacer colas para comprar productos, no conseguir ni alimentos, ni medicinas, la creciente sensación de que empeorará en el futuro, todo esto en un marco donde impera la inseguridad y la impunidad”, sentenció el estudio.
Para consultar el análisis completo del Cedice, haga click aquí.
El Dato
Expropiaciones llegaban a 2.150 entre 2005 y 2012, según Cedice.
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