Opinión: Más de lo mismo, otra vez
"Venezuela tiene la peor gestión económica de la historia moderna". Esa cita no le pertenece a ningún economista rabiosamente neoliberal. Tampoco a un asesor del presidente Donald Trump. Es la apreciación del Presidente de un recién formado Comité sobre Venezuela en el Parlamento inglés. Se trata del diputado Graham Jones, miembro de la bancada del izquierdista Partido Laboral.
Y es que con los anuncios hechos por el Presidente de la República en cadena nacional de radio y televisión la noche del jueves 7, nuevamente, aquellos que manejan la política económica gubernamental desperdician la oportunidad ideal para tomar las medidas que requiere le economía venezolana, ante la necesidad de revertir el deterioro en que la han sumido políticas inviables y contraproducentes. Una pena.
Sin duda alguna, las medidas anunciadas tienen un fuerte tinte de más de lo mismo, por lo que, como lo decíamos la pasada semana, garantizan que el deterioro va a continuar y que el resultado será también peor de lo mismo.Poco hay que añadir a lo ya dicho sobre la falta de efectividad de un quinto aumento salarial en el año. Porque su resultado efectivo ya está cantado: será un mayor deterioro del ingreso real de los trabajadores, entre otras cosas. Y todo obedece a que dicho aumento será financiado por una mayor impresión de dinero sin respaldo. Es ya la manera rutinaria a la que se apela para cumplir con las obligaciones con los millones de trabajadores públicos y los más de tres millones de jubilados y pensionados.
Lo peor, adicionalmente, y que funcionará como contrapartida de este aumento, es que un número indeterminado pero sustancial de empresas, se verá obligado a cerrar sus puertas o, cuando menos, a reducir sus nóminas. Porque es, sin duda alguna, la alternativa más funcional ante una contracción de la demanda de sus productos que oscila entre 55% y 70%.
Por otra parte, pretender controlar -que no congelar los precios de 50 productos básicos en plena hiperinflación- prácticamente garantiza la inevitable desaparición de los mismos de los estantes. La cifra de inflación de agosto fue de 33.7%, según datos aportados por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, en ausencia de la obligatoria información que le debería estar estregando el Banco Central de Venezuela a la ciudadanía mensualmente, y lo cual dejó de hacer hace ya varios años, cuando decidió no cumplir con su responsabilidad legal. Y lo que esa cifra traduce, es que en Venezuela ya se está produciendo una inflación semanal del 7%, que equivale a más que la inflación anual de cualquiera de nuestros vecinos.
Como complemento de esas medidas, la decisión de reducir el IVA, justamente cuando se necesitan más ingresos para pagar todos los aumentos previstos, es un empujón adicional al déficit fiscal y, en consecuencia, a la única forma que el Gobierno parece encontrar para cubrirlo: con más dinero sin respaldo.
Pero de todas las medidas, la más folclórica, sin duda alguna, es la relativa a que se utilizarán monedas como el Yuan, el Rublo y la Rupia India para eludir el uso del dólar en los cambios de moneda a través del Dicom. En el mundo, existen varias monedas reserva utilizadas por los demás países, a saber, y en orden de importancia: el Dólar, el Euro, el Yen, y, en menor medida, la Libra Esterlina. Hay también otras monedas que actúan como reserva de manera limitada en países contiguos a una economía más fuerte, como es el caso del Rand sudafricano en Zimbawe.
¿Y qué es lo que se quiere hacer, entonces? Porque pretender llegar, por ejemplo, a que las transacciones de Venezuela con el exterior se hagan en yuanes chinos, es una quimera. Y lo es, porque el Yuan todavía no es una moneda plenamente convertible, sobre todo en lo que a su cuenta de capital se refiere. El motivo es que a pesar de que China ha entrado al Fondo Monetario Internacional, eso no se traduce en que su signo monetario tenga el peso que conlleva ser moneda reserva hasta dentro de una década. En cuanto a las otras dos, es decir, el Rublo y la Rupia, los insignificantes niveles de intercambio con Rusia e India no justifican el uso de sus monedas.
De hecho, si el Gobierno quisiera usar otra moneda distinta al Dólar y al Euro para sus transacciones internacionales, lo más sensato sería pensar en utilizar el Peso Colombiano. Pues sí. Porque es una alternativa que ha ganado el prestigio de moneda estable, quizás, inclusive, del mismo nivel que otrora gozara nuestro signo monetario, antes de que los sucesivos gobiernos populistas se empeñaran en destruirlo.
En todo caso, al final la solución no es esa. ¿Y saben cuál sería?: reconocer gallardamente y asumir con la responsabilidad del caso, la inevitabilidad de poner en marcha una reforma monetaria que nos devuelva la estabilidad de los precios.
Escrito por Aurelio Concheso
@aconcheso
Empresario - Asesor Financiero - Conductor del programa @laotravia en @RCR70
laotraviarcr.blogspot.com
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