Rafael Ramírez: Ambiente de persecución mantiene paralizada la producción petrolera
El exministro y expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez, atribuyó la caída de la producción petrolera al clima de persecución en la principal industria del país, lo que causado el retraso en la toma de decisiones indispensables para incrementar el bombeo que ha caído a niveles de hace casi 60 años.
“La industria petrolera se ha desanimado, hay un ambiente de persecución, la gente tiene miedo y nadie se le ocurre firmar un contrato ni pagar comprar una bomba porque capaz va preso porque allí está metido el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia)”, dijo Ramírez en una entrevista con Petroguía.
Agregó que el problema de PDVSA no sólo es técnico sino que está en Miraflores.
¿A qué atribuye la caída de la producción petrolera?
Primero, el ambiente que se creó de persecución porque no es cualquier concha de ajo que haya 100 gerentes y líderes petroleros presos. Que esté preso un hombre como Jesús Luongo, es una cosa injusta y no tiene sentido. Otro caso es el de Pavel Rodríguez, quien estaba al norte del estado Monagas, es algo que no tiene sentido y por eso la industria petrolera se ha desanimado, hay un ambiente de persecución, la gente tiene miedo y nadie se le ocurre firmar un contrato ni pagar comprar una bomba porque capaz va preso porque allí está metido el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia), se llevan a la gente encapuchada o hacen lo que ocurrió con la directiva de Citgo, que los engañaron, los invitaron a una reunión y se los llevaron presos. Eso fue un engaño. Por eso nadie tomará decisiones ni tomará riegos.
No sé. Yo salí y le perdí pulso al tema. Cuando a mi me sacaron vino Eulogio Del Pino y mucha gente dijo que como él era un extraordinario técnico iba a tener oportunidad de desplegar sus capacidades porque no estaba Ramírez. Fue todo lo contrario y terminó siendo un desastre porque el problema de PDVSA no sólo es técnico, sino que el problema de PDVSA está en Miraflores. Todas esas iniciativas de financiamiento se perdieron y Maduro fue responsable de no prestar atención y más bien se molestó porque yo estaba buscando una salida al problema económico.
¿Por qué usted dice que se quiere privatizar a PDVSA a favor de China si lo que está planteado es sólo la venta de 9,9% de las acciones de la empresa mixta Sinovensa a la CNPC?
En nuestra Ley Orgánica de Hidrocarburos no está permitido que se cambié la composición de las empresas mixtas ni siquiera para quien represente la contraparte de PDVSA sin la autorización de la Asamblea Nacional, es decir, cuando se hizo la ley y se hicieron los contratos modelo de las empresas mixtas se estableció que cuando se fuera a hacer algún cambio en la participación de los socios la prioridad en el derecho de compra la tiene la filial CVP (Corporación Venezolana del Petróleo) pero si no nos interesaba esa modificación debía regresar a la Asamblea porque implica un cambio en el contrato que fue aprobado por el propio Poder Legislativo. Ahora está pasando que el Gobierno y PDVSA están firmando cesiones de nuestra participación en las empresas mixtas sin pedir permiso, sin informar al país sobre las condiciones que se están haciendo esa sesión y eso implica la venta de activos de PDVSA, es decir, eso es una privatización parcial de la empresa. Con la experiencia que tuvimos en el pasado con los convenios operativos, si esto pasa una vez seguirá pasando otras veces.
En el caso de los contratos de servicios que han sido firmados por el ministro Manuel Quevedo, ¿son una reedición de los convenios operativos que se suscribieron en los años 90 y que marcaron el inicio del proceso de apertura petrolera?
Claro que sí. Si se revisa el borrador de contrato nos damos cuenta que se corresponden con los que se firmaron en la tercera ronda de convenios operativos, es decir, las empresas no pagan regalías, son consideradas como servicios petroleros, y al final en el contrato se les permite vender el petróleo a una cuenta o fideicomiso, lo que implica que también manejan la producción, es decir, todas las actividades que están reservadas a nuestra ley a las empresas mixtas.
¿Lo que ocurrió en 2016 con Rosneft fue el precedente?
Claro que se hizo con Petromonagas. En ese momento se cedió, se privatizó una parte de PDVSA a favor de la empresa rusa. No se trata de si las empresas son rusas, chinas o americanas, esto es un tema de la política de Plena Soberanía Petrolera porque considerábamos que ese negocio era tan crucial para la economía nacional que debía haber un control de la empresa nacional. A eso debo comentar el decreto 3.368, que salió en abril pasado, porque alerté que no sólo era inconstitucional sino también porque atribuye a un solo hombre…
¿Se refiere al decreto que le permite al ministro Quevedo recurrir a la adjudicación directa en la asignación de contratos?
No es solo la adjudicación directa. El decreto le permite hacer todo lo que sea para aumentar la producción petrolera y eso no tiene antecedente porque normalmente un ministro tiene sus limitaciones, sus órganos de control y tiene que rendir cuentas.
¿A qué atribuye la caída de la producción petrolera?
Primero, el ambiente que se creó de persecución porque no es cualquier concha de ajo que haya 100 gerentes y líderes petroleros presos. Que esté preso un hombre como Jesús Luongo, es una cosa injusta y no tiene sentido. Otro caso es el de Pavel Rodríguez, quien estaba al norte del estado Monagas, es algo que no tiene sentido y por eso la industria petrolera se ha desanimado, hay un ambiente de persecución, la gente tiene miedo y nadie se le ocurre firmar un contrato ni pagar comprar una bomba porque capaz va preso porque allí está metido el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia), se llevan a la gente encapuchada o hacen lo que ocurrió con la directiva de Citgo, que los engañaron, los invitaron a una reunión y se los llevaron presos. Eso fue un engaño. Por eso nadie tomará decisiones ni tomará riegos.
¿Por qué considera que hubo esa política de persecución?
Porque Maduro sabía que en PDVSA yo había estado durante 12 años, se habían conformado unos equipos muy importantes, que condujeron con éxito a la empresa. Cuando Maduro tomó la presidencia lo primero que me dijo fue que le diera a PDVSA y le dije que no porque era una irresponsabilidad e iba a hacer lo mismo que había ofrecido Henrique Capriles en la campaña electoral de 2012 de sacarme si ganaba y por eso Chávez me ratificó como tres veces. Vemos como Maduro quería a PDVSA, lo quería su gente y su grupo. Maduro está rodeado de un grupo de gente muy ambiciosa que quería ponerle control a PDVSA. Eso era una realidad y ahora vemos las consecuencias que ha tenido; pero además de eso cuando renuncia Victor Aular como vicepresidente de Finanzas en diciembre de 2014 fue porque no estaba dispuesto a firmar las cosas que le presentaban, entonces ponen a Carlos Malpica Flores, que es un sobrino de Maduro y además es tesorero de la Nación, allí obviamente había conflicto de intereses y después ponen a Simón Serpa, que es un muchacho sin experiencia, que de repente comienza a apoyar a Maduro en las giras y quien le llevaba los maletines. No quiero ofender a nadie pero no tiene la experiencia para ser vicepresidente de Finanzas de PDVSA, ministro de Finanzas, presidente del Bandes y del Fonden. Eso no puedo ser. ¿Qué me decía Eulogio Del Pino (también ex ministro de Petróleo y ex presidente de PDVDSA) las pocas veces que me llamó? Que le estaban controlando la factura petrolera, que él quería destinar recursos para las cosas típicas de PDVSA como las compras y atender su presupuesto, pero le decían que tenían que pasar por Miraflores. ¿Con qué criterio Maduro va a aprobar un desembolso petrolero? Chávez nunca lo hizo y siempre lo comparo porque es la referencia que tengo después de haber trabajado con él durante 12 años. El presidente Chávez jamás se metió en eso.
¿No fue un error concentrarse sólo en la Faja y abandonar la producción en occidente, en el lago de Maracaibo?
Esa es una posición. La ha dicho alguna gente como Carlos Mendoza Potellá, pero nosotros creemos que no.
¿Por qué?
Hay que recordar que la Faja no sólo era un proyecto petrolero sino también un proyecto estructural del país y era el proyecto más importante que íbamos a desarrollar y que nos iba a permitir reordenar territorialmente nuestro país, es decir, concentrar y ocupar un territorio que estaba abandonado. Por eso era que Chávez se encargó de aclarar que no era un proyecto petrolero sino nacional. Lo mismo ocurre con ese gas, que ahorita le entregaron a Trinidad y Tobago, o a Rosneft que le entregaron todo el gas del proyecto Mariscal Sucre; y a las empresas europeas le entregaron el gas del proyecto Rafael Urdaneta. Ese gas era para desarrollar el país. Nosotros siempre nos subordinamos al Estado. Ahora lo del lago de Maracaibo es mucho más grave porque no fue que se abandonó. La producción de occidente en 2012 estaba en 860.000 barriles diarios.
Por Andres Rojas Jiménez
Petroguía
La entrevista completa está disponible en el siguiente link.
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