Medidas tibias aumentan incertidumbre económica
Rafael Ramírez es quizás la figura más pragmática dentro del gobierno de Nicolás Maduro y como vicepresidente del Área Económica y presidente de Pdvsa planteó una serie de medidas para reducir las distorsiones dentro de la economía nacional. Medidas que según analistas no fueron bien recibidas por el Ejecutivo debido al impacto negativo que traería al gobierno de Maduro. Incluso algunos calificaron a este plan como “neoliberal”.
De todas las propuestas de Ramírez algunas se concretaron, como el Sicad 2. Sin embargo, otras se quedaron en el tintero como el aumento de la gasolina, la unificación cambiaria y el reordenamiento de la deuda externa para extender los plazos de vencimiento de los 40 mil millones de dólares que adeuda Venezuela a inversionistas extranjeros.
A partir del relevo de Ramírez muchos se preguntan cuál será el destino de todas estas propuestas que ahora deberán ser evaluadas por Rodolfo Marcos Torres: un general, que según analistas no tiene ascendencia ni peso específico en el gobierno para impulsar algún cambio económico.
La empresa ORH Consultores destaca en su reporte titulado El sacudón: sale Ramírez y ¿más de lo mismo? que pareciera que “se impuso la tesis de una política gradualista de ´poco a poco´ y ´espera y ve´ antes de adoptar acciones”. Para ORH Consultores habrá que esperar si el gobierno se inclina por una orientación más radical para profundizar las medidas de control y fiscalización de la economía.
“Del plan de Ramírez tan sólo se ejecutaron algunos aumentos de precios y se informó de la intención de iniciar el debate sobre el aumento de la gasolina y unificación cambiaria (…) La cuestión de fondo es si este plan fue abandonado en su totalidad o si existe alguna posibilidad de continuidad de las acciones principales del plan de Ramírez”, se lee en el reporte.
En todo caso, para esta empresa el principal desafío de Marco Torres es evitar que la salida de Ramírez genere un deterioro adicional al desempeño económico “como consecuencia de una mayor incertidumbre en la orientación de la política económica”. Por lo que sugieren que Marco Torres debería tomar una posición pública próximamente sobre estos temas. “No hacerlo podría tener efectos de acelerar variables como el tipo de cambio paralelo (que termina por incidir en la inflación) así como riesgo de deuda venezolana”.
Por otro lado, la economista Anabella Abadi destaca que si bien es cierto que Ramírez fue removido de sus cargos y perdió poder en materia económica, no se trató de una derrota del ala pragmática del chavismo porque “Maduro no descartó el aumento de la gasolina, habló de las reservas estratégicas, reorganizar a las empresas públicas y se refirió a impulsar la producción nacional”. A su juicio, pareciera que aún sacando a Ramírez, Maduro estudia algunas de sus medidas aunque sea tímidamente.
El punto clave para Abadi es conocer si efectivamente el gobierno decidirá asumir un plan de ajustes que reduzca las distorsiones de la economía aún sabiendo que hay elecciones el próximo año.
Para Carlos Carcione, dirigente de Marea Socialista, es falso que el ala pragmática del chavismo haya sido derrotada con la salida de Ramírez “porque aunque él se haya ido los que quedaron están directamente vinculados con él”.
El investigador del Centro Internacional Miranda explica que el sacudón que prometió Maduro estuvo suavizado con todos los nombramientos que hizo ya que todos son del equipo de trabajo de Ramírez.
Carcione destaca que todos los anuncios que hizo Maduro el único que vale la pena tomar en consideración es la unificación de los fondos en una cuenta en el Banco Central “porque de esta manera podremos ver el nivel de reservas que hasta ahorita no hay claridad sobre los fondos”.
De resto, destaca Carcione, lo único que hizo Maduro fue anunciar quiénes serán los nuevos responsables de los ministerios.
Esta misma sensación la tiene el banco de inversión Barclays quien asegura que la incertidumbre política es cada vez mayor por falta de ajustes. “Este escenario hace que las elecciones a la Asamblea Nacional, que se supone que tendrá lugar en 2015, sea un reto difícil para el gobierno. La pregunta es qué hará el gobierno si cree que no es electoralmente competitivo”.
Para Barclays “el gobierno ha optado por controles, más que reformas”. En su boletín titulado “Cambió el gabinete, pero no las políticas” se lee que descartan una unificación cambiaria y solo esperan por cambios en el actual sistema como una devaluación.
Otro que piensa que el gobierno de Maduro no ha hecho ningún anuncio significativo en materia económica es Gustavo Rojas Matute, director de Polinomics. “La ausencia de noticias y la posibilidad de que las medidas económicas con orientación de mercado se disiparan son una pésima señal para el mercado”.
Para Rojas Matute pareciera que el paquete propuesto por Ramírez no está en los planes del gobierno. “Es posible que en las próximas semanas o meses observemos alguna muy tímida devaluación del Cencoex y del Sicad I. Creemos que las medidas serán muy tibias, con el objetivo de ´oxigenar´, más no de corregir las enormes distorsiones que producen los controles”, asegura.
A su juicio, el gobierno parece no querer asumir los costos políticos de una reforma, sino que prefiere trasladar los costos políticos de la escasez y la inflación al sector privado y a otros actores, como la guerra económica y contrabando.
Marisela Castillo Apitz / mcastillo@dinero.com.ve
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