Roig: Líneas de crédito están cerradas para Venezuela
A poco más de tres meses de establecidas las mesas de diálogo entre el Gobierno nacional y el sector empresarial, el presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, afirmó que la situación de las empresas está peor. El líder gremial explicó a DINERO que, muy a pesar de los resultados obtenidos hasta ahora, para reparar la cadena productiva del país se necesita tomar decisiones que podrían tener un costo político. Pero “hay que tomarse la medicina completa”, enfatizó.
Durante la entrevista, Roig también hizo referencia a la realidad del sector productivo nacional. Industrias como la metalmecánica se hallarían trabajando tan sólo al 20% de su capacidad instalada, por falta de divisas, ergo, materiales. Entre las soluciones a la pesadilla productiva en el país, el presidente de Fedecámaras señaló la necesidad de equilibrar la economía a través del establecimiento de una tasa de cambio única, que sirva para resolver el “desbarajuste" cambiario. Así mismo, habló sobre los créditos de importación que mantienen empresas del país con proveedores en el extranjero. Al respecto, señaló que “las líneas de créditos para Venezuela, en líneas generales, están cerradas totalmente”.
–Cuando empezaron las reuniones con el Gobierno usted dijo al Ejecutivo que el país estaba mal. Pero en el balance que realizó el gremio sobre dicho diálogo, usted dijo que el país más bien estaba peor. ¿Qué quiso decir?
–Han pasado 90 días desde que fuimos invitados a Miraflores para la Conferencia de Paz, donde le advertimos al Presidente que la situación del país estaba mal. Nosotros no pretendemos que en sólo tres meses se tengan resultados (…), después de 15 años de una política económica equivocada (…). Pero sí podríamos empezar a evaluar si las cosas se están haciendo bien.
Sentimos que con algunos logros resultados de las mesas sectoriales –que hemos reconocido– como la implantación del Sicad (II), el reconocimiento de algunos precios rezagados, un nuevo sistema de exportación… se ha avanzado en la materia, pero no lo suficiente para que se vean los resultados.
La gente, que es a fin de cuentas con quienes nosotros nos comunicamos, siente que los productos no están llegando a los anaqueles; que no han bajado los precios, sino todo lo contrario; que la inflación está comiéndose el salario. Es responsabilidad del Gobierno explicar la situación del país que en este momento es mucho peor que hace 90 días, porque (…) el reconocer que aquí hay que tomar medidas dolorosas, que estamos enfermos y que hay que tomarse la medicina completa, todavía no se ha discutido en las mesas. Lo que hicimos ayer (jueves, 22 de mayo) fue un llamado para que nos sentemos a tomarnos la medicina completa.
–¿Cuál es la medicina completa en este caso?
–Un programa de ajustes que tiene un costo político importante. Uno no es Gobierno, así que lo que menos quiero es que se nos vea asesorando al Gobierno. Pero es evidente que hay medidas como el aumento del la gasolina que hay que tomarlas con amplio apoyo político. Hay que tomar medidas de retención de la liquidez, que es producto del financiamiento exclusivo del Banco Central al sector público, una emisión de dinero inorgánico que afecta muchísimo a la inflación. Se tienen que reconocer precios que, aunque duela reconocerlos, tienen varios años cerrados y por eso el producto no aparece, no se incentiva la producción de esos bienes y servicios. Hay que poner disciplina fiscal, no se puede seguir gastando lo que no se tiene. Pero sobre todo hay que hablarle claro al país, hay que decir ‘estas son las cuentas que tenemos’. Yo creo que el Gobierno tiene la necesidad, la obligación, el deber y la responsabilidad de hablarle claro al país sobre cuál es la situación real de la economía venezolana.
–¿Cuáles son los sectores más afectados de la economía?
–El sector metalmecánico está muy mal, porque la producción de acero ha decaído terriblemente a causa de Sidor. El sector de la construcción también lo está.
Quizá los (sectores) que están peor no son los que más afectan a la población. Cuando se tienen pocas divisas debe darse una asignación de prioridades y éstas lógicamente son alimentación y medicina. Pero hay sectores que están mucho peor que alimentos y medicina.
–¿Cuánto se ha reducido el aparato industrial?
–Las últimas cifras, que fueron las presentadas a través del INE, (reflejaban que) había 4.300 industrias menos. Pero lo importante es que una sola industria que se pierde puede ser una industria demasiado importante. No es lo mismo una industria pequeña que cerró sus puertas a que anuncios de importantes empresas como el Grupo Polar que están cerrando líneas de producción, o Produvisa, que ya no produce botellas de vidrio porque le faltan las divisas.
Más allá de lo numérico, es un tema cualitativo. Hay muchas empresas que lamentablemente están cerrando y son fundamentales para el soporte de la cadena productiva del país.
–¿Cuánto de la capacidad instalada de las empresas está en uso?
–Hay sectores que están trabajando a 30% y otros al 100% de lo que las circunstancias les permiten. Del sector industrial, alimentos está trabajando al 100% de lo que puede trabajar. Pero, de la capacidad instalada, el promedio puede ser 60%, porque no hay divisas o materias primas.
Hay sectores que están trabajando mucho y con mayor efectividad, como por ejemplo, el sector de los plásticos que está obteniendo las resinas de Pequiven. Pero hay sectores que están bajísimos: (que trabajan a un) 20%, como el sector metalmecánico. Puede que ese sector sea de los más golpeados en este momento.
–Con el tema de los proveedores en el exterior, ¿cómo están llevando las empresas la situación de retrasos en el pago de créditos?
–Sin las líneas aéreas, nuestros cálculos (de la deuda a proveedores) son de alrededor de 10.000 millones de dólares.
Cuándo tú debes dinero no te vuelven a prestar hasta que pagas. No es suficiente que pagues el 30%, como se ha dicho. (…) Entonces las líneas de créditos para Venezuela, en líneas generales, están cerradas totalmente. Lo que hay es que algunas empresas, producto de una tradición de buenos pagadores, han logrado convencer a sus acreedores de que sí van a pagar. Pero como destino de inversiones y, de facto, de producto, Venezuela perdió la credibilidad hace ya bastante tiempo.
–¿Tiene idea de a qué porcentaje de empresas se les han cerrado créditos a causa de la deuda?
–No. Hay sectores que aún tienen sus créditos abiertos y otros que hace rato que no están importando nada porque no pueden. (…) Es un tema de incertidumbre (en cuánto a quién recibirá divisas). Creo que pasa porque no están claras las reglas del juego.
–En una economía como la venezolana, apoyada en la importación, ¿qué es lo que viene a partir de esto, si no mejora el panorama?
–Las divisas son un problema, pero si no se resuelve también el problema de la desconfianza que existe en el país, tú puedes dar divisas y la gente se las queda y no las vuelve a invertir. Se tienen que resolver todos los problemas simultáneamente de alguna manera coordinada.
El volver a recuperar las cadenas productivas del país es un proceso muy lento. Es como una persona que va subiendo en bicicleta una montaña y se le rompe la cadena de la bicicleta: tú sigues pedaleando y sigues avanzando, pero la bicicleta se va para atrás. Al Gobierno le está pasando más o menos eso. Sigue pedaleando y el pedal tal vez está más suave, pero la bicicleta se va para atrás porque la cadena de producción del país se perdió.
Volver a reconstruir eso es un tema bien complejo que pasa por, en primer lugar, sincerar la economía. Después, tomar las decisiones que necesitan un apoyo político, (…) y sobre todo volver a un tipo de cambio único.
La mayoría de los problemas que tenemos pasa por ordenar un tipo de cambio que en este momento es un desbarajuste, donde tenemos cuatro tipos de cambio, cada uno con su propia falta de transparencia y su propia discrecionalidad por parte del Ejecutivo nacional.
Mariel Torres
mtorres@dinero.com.ve
El Dato
Sector metalmecánico estaría trabajando a 20% de su capacidad instalada
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