Ley de Presupuesto: finanzas de espejismo

Una de las principales tareas que ha tenido la Asamblea Nacional (AN) en los últimos cuatro años ha sido la de aprobar créditos adicionales al presupuesto, que terminan representando entre 35% y 45% del gasto estipulado originalmente para ejercicio fiscal. La magnitud de las erogaciones aprobadas por el Parlamento terminan convirtiendo la Ley de Presupuesto, aprobada por el propio Poder Legislativo, en un instrumento que no refleja la realidad de los ingresos y gastos que se manejan en el sector público, debido a la subestimación del precio del petróleo. Adicionalmente, tampoco refleja fielmente las variables macroeconómicas de la economía venezolana; por lo tanto en la práctica no funciona como un elemento de planificación.

Ejemplo de ello es que, al cierre del primer período parlamentario de 2013 en la AN, el Parlamento había aprobado 110,5 millardos de bolívares en créditos adicionales. Este monto representa 28% más de lo estipulado en el presupuesto de gastos para todo 2013 que era de 396,4 millardos de bolívares.

Indisciplina fiscal

Cuando se habla de las premisas macroeconómicas lo que establece la Ley de Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2013 tampoco se acerca a las cifras reales. En primer lugar, se estipuló un tipo de cambio oficial de 4,30 bolívares por dólar, y ya para el 8 de febrero las autoridades anunciaron una devaluación a 6,30 bolívares por dólar. Asimismo, la inflación de 14% y 16%, prevista por la Ley para todo el 2013, ya se ubicaba en 29% para los primeros siete meses del año, y las estimaciones para diciembre la colocan por encima de 45%.

José Manuel Puente, economista y profesor de políticas públicas del IESA, comenta que esta práctica de hacer gestión presupuestaria a través de los créditos adicionales termina rompiendo con la disciplina fiscal y genera distorsiones en la economía. “Estos ajustes en la ejecución terminan aumentando el déficit fiscal porque buena parte de esos recursos (para los créditos adicionales) provienen de la deuda, y al final rompes con la planificación”, indica Puente.

Interés político

Vestalia Sampedro, diputada de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional por Proyecto Venezuela, señala que la subestimación del presupuesto nacional obedece a un interés del Gobierno por manejar una partida paralela sin el control del parlamento.

Recuerda que en los últimos años se han aprobado leyes para abrir paso a estos fondos que son manejados por el Poder Ejecutivo. “Se han sancionado una serie de leyes para destinar ingresos que son ordinarios a otras fuentes creando un presupuesto paralelo que se maneja a discreción sin sanción legislativa, donde el uso de los recursos es tentativo al Ejecutivo y no se ejerce ningún control, como es el caso del Fonden”.

Lea el artículo completo en la edición 284 de DINERO que ya se encuentra en circulación.

Ender Marcano