La carta revela que chavistas quieren retomar proyecto de Chávez

La carta publicada por el exministro de Planificación, Jorge Giordani, puso en el tapete la discusión sobre si existen o no fracturas dentro del gobierno de Nicolás Maduro. Para algunos analistas la decisión de sacar a Giordani, hombre de confianza del fallecido Hugo Chávez, significó la victoria del ala pragmática del gobierno (comprometida con el capitalismo en un modelo socialista) sobre los radicales de izquierda que, en principio, piden retomar el proyecto de Chávez.

Este acontecimiento generó que desde las bases del chavismo hasta diferentes analistas políticos simpatizantes con la revolución discutieran sobre la interpretación de la carta. El próximo reto que tendrá la dirección nacional del PSUV será decidir si debatirán o no, en el III Congreso de este partido, las razones que motivaron la publicación de la carta de Giordani y sobre todo las denuncias que hace el exministro de Planificación, como la falta de liderazgo de Maduro, corrupción y vacío de poder.

El analista Nicmer Evans es de los que piensa que la misiva demostró que el pragmatismo va ganando terreno en el alto gobierno, pero el radicalismo en las bases que pide retomar el proyecto de Chávez. “Hay una contradicción entre el pragmatismo del alto gobierno y el deseo de las bases de volver a la raíz. La carta de Giordani deja ver que Maduro no es el único que está dirigiendo el proceso revolucionario”, agrega.

Para Evans esta situación representa una oportunidad que debe ser atendida por el gobierno, “debido a que existe una desconexión entre el liderazgo y las bases”. Ante esta situación propone tomar medidas como “suprimir de manera definitiva los privilegios de la revolución que ofenden al ciudadano común, tales como escoltas, motos, vehículos blindados. Dirigentes políticos revolucionarios, socialistas y chavistas que no saben que es hacer una cola en Mercal, Bicentenario, etc, o montarse en el Metro, camionetica o taxi, o que tienen el privilegio de que le detengan el tráfico cuando circulan por las vías públicas”; y sacar a los medios públicos de la fantasía de país que transmiten, donde nunca pasa nada y donde la denuncia popular no existe, entre otras.

Otro de los efectos que dejó la carta de Giordani es que “luego de saber que Maduro no es el único que está dirigiendo el proceso revolucionario se debe abrir espacios de debate para que las bases puedan debatir. “Es necesario dejar de lado el discurso contra la corrupción y actuar de manera quirúrgica, no empezando por los pendejos, sino por los grandes funcionarios del Estado que facilitan procesos de acumulación de capital, permiten que se estafe a la nación 22 mil millones de dólares o más, y que poseen propiedades en el extranjero gracias al desfalco a la nación”, asegura.

Más críticas

El economista y exministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez, es de los que piensa que “los ejecutores de la política económica deben tener la capacidad técnica y política para explicarle al país las causas de la problemática económica y las medidas que es necesario aplicar. Endosar estos problemas a la guerra económica y simultáneamente decir que el modelo económico es exitoso, más que una contradicción es un sarcasmo que resta credibilidad y mina la confianza del pueblo en su dirigencia”, escribió en su artículo ¿Qué significa la salida de Giordani?, publicado en Aporrea.org.

Al respecto, Álvarez asegura que la salida de Giordani no significa una política económica distinta. “A lo sumo, acelerará el abandono de un régimen cambiario que degeneró en el principal incentivo a la corrupción y especulación. Pero mientras no se ataquen las distorsiones cambiarias, fiscales y monetarias, se mantendrán las causas que reducen las reservas internacionales, castigan la producción, crean escasez, erosionan el bolívar, atizan la inflación y destruyen los salarios”.

Sin embargo, no todos los afectos al PSUV opinan lo mismo a Evans y Álvarez. El analista Alberto Aranguibel asegura que “dentro del gobierno no hay fracturas, lo que hay es un viejo malcriado (Jorge Giordani) que se quejó por haber salido del gobierno”.

A su juicio, el malestar que causó la carta de Giordani dentro del chavismo está orientado a “la falta de lealtad hacia el proyecto revolucionario, del cual él (Giordani) fue parte durante muchos años”. Aranguibel explica que “desde las filas revolucionarias no se entiende cómo una vez que está fuera de un cargo tan importante asuma el rol de denunciante de irregularidades que él no pudo corregir”.

El analista político descarta que la misiva del exministro de Planificación y hombre de confianza del fallecido Hugo Chávez ponga en aprietos al gobierno “porque se trata de una pataleta de muchacho rabioso que no tiene lógica. En Venezuela no estamos en una crisis económica ni política, lo que está sucediendo es lo que pasaría en una casa de familia donde se metieron los ladrones, violaron la caja fuerte y se llevaron el dinero. ¿Qué es lo que tiene que hacer el padre? Cambiar la combinación de la caja fuerte. Eso es lo que está haciendo Maduro: tomando los correctivos porque la economía fue vulnerada por diferentes intereses ajenos al pueblo”. 

Marisela Castillo Apitz

mcastillo@dinero.com.ve