Exxon Mobil asentada en zona de reclamo
Estamos entrando en el tercer siglo de discusión sobre una soberanía que desde 1.777 ha sido considerada territorio venezolano, pero Guyana, a pesar de constituir el Territorio del Esequibo, una zona en reclamación entre ambos países, está llevando a cabo acciones que parecen desconocer discusiones y negociaciones que se han llevado a cabo hasta los momentos.
El laudo arbitral de París propuesto por Estados Unidos y llevado a cabo el 3 de octubre de 1899, le quitó a Venezuela la territorialidad de 159.500 km2 otorgándosela así a Gran Bretaña, lo cual según historiadores e internacionalistas fue un acto totalmente falto de validez. Así, en el Acuerdo de Ginebra de 1966, se abre la discusión y la negociación sobre el Esequibo. Reino Unido y su colonia para entonces, la Guayana Británica (actual Guyana), reconocen la reclamación territorial de Venezuela.
“Las pretensiones guyanesas de extender la plataforma continental o delimitar aguas no son posibles mientras no se haya finiquitado el asunto terrestre pendiente con Venezuela”, dijo a DINERO el experto en derecho internacional, Adolfo Salgueiro.
En el devenir de encuentros entre Venezuela y la República Cooperativa de Guyana se señala que la diplomacia venezolana no ha tenido tal contundencia en el reclamo internacional por el territorio del Esequibo. Y hoy, en pleno 2015, se reabren las heridas, o simplemente se hacen públicas.
Guyana inicia operaciones en el Esequibo
Una plataforma petrolera de la compañía estadounidense Exxon Mobil inició el 5 de marzo de este año operaciones de extracción en aguas que se encuentran dentro de la zona de reclamación de soberanía que discute Venezuela.
El proyecto suma 200 millones de dólares. El acuerdo entre Exxon Mobil y el gobierno de Guyana se espera se prolongue por diez años. La compañía estadounidense establecerá dos bases de operaciones en Georgetown (Guyana) y en Trinidad y Tobago; utilizará instalaciones en Houston para procesar los desperdicios que genere su exploración.
El área total de exploración petrolera es de aproximadamente 26.806 kilómetros cuadrados (10.350 millas cuadradas). Esta exploración comenzó el 6 de marzo, aun cuando Venezuela señaló que el yacimiento se encuentra en el área de reclamación.
Si en el Acuerdo de Ginebra de 1966 se impide a Guyana ejecutar cualquier acción en el territorio en reclamación, ¿Cómo ante esto Guyana contrata a Exxon Mobil para actividades en dicha área sin siquiera haberlo conversado o notificado a Venezuela?. No solo esto. Guyana cuenta con pleno respaldo de los países de Caricom, mucho de los cuales se han beneficiado de los programas de Petrocaribe.
Según Elsa Cardozo, internacionalista con doctorado en Ciencias Políticas, se presentan dos situaciones: la del espacio marítimo que proyecta la zona en reclamación y la del que proyecta la costa venezolana que está fuera de discusión, por decreto de 1968. El primero está regido en el Acuerdo de Ginebra firmado en 1966, pero en el segundo caso, “la soberanía venezolana es plena; recuérdese la captura del buque de exploración petrolera Teknik Perdana por la Armada venezolana en octubre de 2013, tras denuncias reiteradas del abandono del patrullaje por nuestro país”.
Para Cardozo hay varios pasos a seguir. El primero es el reclamo político. Ya la posición de la Cancillería es manifiesta. En un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores dirigido al Gobierno de Guyana y enviado a principios de marzo, Venezuela “deplora la reacción del Gobierno de Guyana ante el reclamo venezolano por la actuación unilateral que significa el inicio de actividades exploratorias por parte de la empresa Exxon Mobil y su subsidiaria EssoExploration and Production Guyana Limited en el denominado por Guyana “Bloque Stabroek” sin que se haya producido la notificación previa al Gobierno de Venezuela”.
Igualmente, la ministra para Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, envió a principios de abril, una carta a Jeff Simon, gerente país de la compañía Esso Exploration and Production Guyana Ltd, en la cual rechazó las intenciones de esta empresa “que busca quebrantar el cumplimiento de obligaciones bilaterales suscritas entre la República Cooperativa de Guyana y la República Bolivariana de Venezuela".
La canciller señaló en dicho comunicado que sigue en plena vigencia el acuerdo existente que prevé la no incursión en tales espacios” y reiteró que el gobierno de Venezuela observa “como un acto nulo, contrario al Derecho Internacional Público y al orden constitucional interno, cualquier acto que facilite la ejecución de actividades de exploración y/o explotación no consensuadas” por los Estados que reclaman dicho territorio.
¿Son realmente anulables los acuerdos entre Exxon Mobil y Guyana?
Como se puede observar, la cancillería expresa enfáticamente que estos contratos son anulables.
Salgueiro respaldó la posición de Venezuela y señaló que las concesiones dadas por Guyana para exploración o explotación en bloques situados en aguas aun no delimitadas son nulas.
“Venezuela debe informar tal cosa a los concesionarios a fin de que no puedan alegar desconocimiento y para que deban atenerse a las consecuencias de posteriores delimitaciones que los pudieran dejar fuera de aguas guyanesas”, agregó Salgueiro.
Para Cardozo, los pasos que debería seguir el gobierno venezolano son la argumentación jurídica, el desconocimiento de la concesión otorgada y el ejercicio efectivo de la vigilancia marítima en la zona en la que Venezuela ejerce plena soberanía.
Desde 1966 la figura del Buen Oficiante ha sido la única modalidad presente para resolver la disputa, pero lo cierto es que no ha habido avances.
Salgueiro afirmó que Venezuela sólo puede explorar alternativas hasta el nivel del buen oficiante.
Consultado si existen otras alternativas judiciales que Venezuela debería considerar, Salgueiro responde muy enfático que Venezuela sólo puede explorar la posibilidad del buen oficiante “y eventualmente un mediador. No le conviene alternativas en la que la decisión quede en manos de terceros a nivel exclusivamente jurídico (Corte de La Haya) porque en esa circunstancia las posibilidades de éxito de Venezuela son menores”.
Cardozo concuerda en este punto, pero “lo malo es que esa fórmula, debilitada hasta el abandono en el enfoque geopolítico dado al Caribe desde hace poco más de doce años por el Gobierno venezolano, fue aprovechada por Guyana para hacer cada vez mayores exigencias y avances en sus proyectos”.
La internacionalista señaló que lo óptimo es recuperar y fortalecer la figura del buen oficiante, “pero para que eso sea posible y útil a los intereses de Venezuela es esencial que el Gobierno recupere el foco en las prioridades del país y sus intereses vitales, y se comporte en consecuencia, consistentemente, valga repetirlo”.
Apoyo de CARICOM, a pesar de….
Según Salgueiro, el respaldo de Caricom a Guyana, el cual “antes se lo había dado Cuba, era la crónica de una muerte anunciada toda vez que la diplomacia de Petrocaribe solamente se basó en ayuda financiera unilateral por parte de Venezuela para financiar facturas petroleras”.
Señaló que ahora PDVSA y Petrocaribe no pueden mantener el ritmo de beneficios, por lo que afirma, es natural que busquen otras fuentes.
“Ver la visita de Obama a Jamaica y su reunión con gobernantes de Caricom, justo previo a la Cumbre de Panamá parece ser síntoma que Estados Unidos los está tentando”, dijo.
Pero, ¿Cuál ha sido la relación de Petrocaribe con Caricom?. Desde 2005, Petrocaribe ha suministrado más de 300 millones de barriles de petróleo y se creó una zona económica Petrocaribe, ALBA, Mercosur y Caricom para estimular el comercio en la región. Con todos estos convenios, la Comunidad del Caribe (Caricom) no dudó respaldar a Guyana en el diferendo territorial y marítimo que mantiene con Venezuela.
La reclamación del territorio Esequibo y la de su proyección marítima, siempre fue asunto políticamente complicado, en opinión de Cardozo. “En lo que respecta a lo marítimo, los gobiernos venezolanos se habían esmerado en mantener un cuidadoso equilibrio que permitiera ampliar, consolidar y proteger la proyección marítima del país sobre el Caribe a la vez que mantener las mejores relaciones con los vecinos de esa región. Ese equilibrio se ha roto”, agregó. Lea el trabajo completo en la edición 297 de la revista DINERO.
Escrito por Marita Seara
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