Apertura cambiaria se muestra inviable

El anuncio por parte del ministro de Finanzas, Nelson Merentes, sobre la modificación de la Ley de Ilícitos Cambiarios, así como la creación de un tercer mecanismo para la adquisición de divisas ha generado ansiedad entre los factores económicos del país. Entre los escenarios que se plantean está la apertura de un sistema permuta similar al desaparecido Sitme hasta la eliminación del control de cambio para adoptar la libre transabilidad en divisas.

Hay que recordar que desde el año 2003, con la aplicación del control cambiario, se eliminó la posibilidad de realizar libremente transacciones en moneda extranjera, desde ese momento las casas de cambio y los bancos dejaron de ofertar divisas en sus sucursales y debieron adoptar la única posición que este nuevo mercado les ofrecía: la de servir como intermediarios entre el público y el único oferente de divisas del país que es el Estado a través del organismo regulador Cadivi.

El economista Héctor Valecillos planteó que el escenario más conveniente sería la despenalización total del mercado, y permitir el libre desarrollo de este, donde cualquier persona o empresa pueda adquirir las divisas deseadas sin ningún impedimento. Valecillos admitió que esta es la opción menos probable, ya que a su juicio no está en los planes de este Gobierno, el cual, a su juicio, ha demostrado ser dogmatico y tener una visión atrasada de la economía, “Los mercados no son instituciones con los cuales se pueda jugar” agregó el especialista en finanzas.

Por su parte Henkel García, director de Econométrica, opinó que la apertura cambiaria no solo es improbable, sino inviable. Planteó que el Ejecutivo debe primero solucionar los problemas de la escasa oferta de dólares así como la creciente demanda represada. El economista indicó que falta mucho para que se adopte un sistema cambiario completamente abierto, pues la situación actual de la economía no se presta para ello.

Agregó además que el Gobierno debe trabajar en función de crear medidas de confianza que subsanen  la crisis de credibilidad que atraviesa actualmente el mercado, entre ellas, permitir las repatriaciones de capital por parte de empresas extranjeras de manera paulatina, si es que abrir el mercado de divisas es el fin ulterior.

El permuta es el escenario más plausible

Valecillos, indicó que es difícil adivinar las medidas que el Gobierno vaya a tomar en un corto plazo, sin embargo, aclaró que hay mucha especulación sobre el tema debido a la filtración de información. Expresó que es probable que se libere el mercado permuta: “Confiemos que los gobernantes observen la realidad y no recreen sus ideas poco practicas”.

Además, coincidió en que las turbulencias económicas de Venezuela son resultado directo de la aplicación de políticas económicas erradas, que a partir de 2007 se han vuelto más ideológicas y cada vez menos pragmáticas, propiciando una paralización de actividades en distintas áreas del aparato productivo. “Estas son experiencias que se han observado en otros países y hoy las estamos experimentando nosotros” indicó.

De igual manera, García, comentó que la opción más probable es la activación de un sistema que permita adquirir divisas a través de la compra-venta de títulos valores (muy parecido al antiguo Sitme), pero más controlado y con mayores restricciones. Aclaró que a pesar de que en 2010, cuando cesaron las actividades de las casas de bolsa no fue el mejor momento del mercado permuta, si se compara con el escenario actual, la diferencia es visible, pues este año las condiciones del mercado están mucho más deterioradas.

Para el economista Jesús Casique, la  apertura del mercado permuta no aliviará las presiones existentes, a menos que se tomen otras medidas complementarias. Entre ellas nombra la transferencia de un monto mayor al 45% de los ingresos por exportación petrolera, y una reforma a la Ley de Ilícitos Cambiarios que permita a los exportadores no tradicionales colocar los dólares en el mercado venezolano sin ser perseguidos por ello. Expresó además que las distorsiones existentes en el mercado de divisas en Venezuela son consecuencia directa del “nefasto control cambiario”.

Ángel Mujica

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