Banca venezolana estable pese a la crisis
El sector financiero no es una isla que pueda evitar salpicarse de los problemas que aquejan al aparato productivo: la inflación, la caída de los precios de petróleo, el exceso de liquidez monetaria y el marco legal regulatorio. Si se revisan las cifras publicadas hasta el noveno mes de 2015 por la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario (Sudeban), nominalmente la banca ha tenido un comportamiento positivo. Para analizar los resultados del sistema financiero nacional hay que destacar el hecho de que se desconoce la cuantía oficial de inflación en el país. El Banco Central de Venezuela adeuda 11 meses de información sobre los principales indicadores del sistema económico, es por ello que, para cotejar y estudiar al sector bancario, todos los resultados se expresan en valores nominales y no reales.
El exsuperintendente de bancos, Alejandro Cáribas, asegura que las instituciones del sector, tanto públicas como privadas, “han tenido un muy buen año”. No obstante, si se habla en términos reales y se utiliza como referencia las estimaciones inflacionarias de algunas firmas que calculan -en el mejor escenario- un rango entre 150% y 180%, la banca no ha producido los beneficios que se expresan nominalmente.
“El rendimiento sobre el patrimonio (ROE), que es uno de los datos que siempre se mencionan está alrededor del 64% o 65%, el ROE en septiembre fue un 64.36% (…) En promedio unos rendimientos muy buenos, si la situación económica estuviese en una inflación de un dígito, no hubiese mayor problema, hasta de dos dígitos en promedio. Pero cuando es una inflación que excede los tres dígitos, evidentemente que la banca en términos reales no ha tenido beneficios”, asevera Cáribas.
El efecto dominó de la caída de los precios del petróleo se aprecia directamente en el derrumbe del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Cabe recordar que los incrementos que se han producido en el sistema bancario venezolano en años anteriores fueron durante los aumentos sustanciales del PIB. “Caso como el de este año, una disminución de casi el 50% del ingreso petrolero, evidentemente a uno le extraña que la banca no haya caído más”, opina el también profesor universitario Alejandro Cáribas.
Por su parte, el economista César Aristimuño destaca “los excelentes números” del sistema bancario venezolano que han consolidado su posición en los últimos dos años y asegura que el sector sí es rentable a pesar de que el crecimiento de los beneficios esté por debajo de la inflación. Precisa que la rentabilidad sobre el patrimonio de la banca para el mes de septiembre de 2015 fue de 64,45%, representando así una mejora en comparación con el 60,04% del año 2014.
“Hoy la banca se está moviendo de alguna u otra manera entre las grandes enfermedades de la economía de cualquier país que son la inflación más la recesión. La recesión, significa que las empresas tomadoras de fondos de la banca, que es a quien la banca le concede créditos, está teniendo cierto nivel de dificultades y en la medida en que las empresas tengan cierto nivel de dificultades, la potencialidad del riesgo crediticio se potencializa”, puntualiza Aristimuño.
El analista financiero César Tinoco reitera que los últimos indicadores financieros publicados por la Sudeban no se corresponden con el alza de los precios en el país. “Cuando uno compara tales cifras con las de diciembre 2014, el sistema bancario venezolano evidencia, nominalmente hablando, un ligero incremento en su adecuación patrimonial, una ligera disminución de su morosidad, una ligera disminución de sus gastos de personal y operativos en proporción a sus ingresos financieros, una ligera disminución de su rentabilidad sobre activo y sobre patrimonio e incluso una ligera disminución de su liquidez. Sin embargo, el aumento de la inflación en los ocho meses corridos del 2015 no puede, de ninguna manera, ser calificado como ligero”, arguye Tinoco.
Desglose numérico
De acuerdo con información publicada por la Sudeban en su portal web, el sistema bancario venezolano se compone de 35 instituciones financieras: 23 son banca universal, una es comercial, cuatro son bancos con leyes especiales, otras cuatro entran en la categoría de banca microfinanciera, dos son de desarrollo y la restante es un instituto municipal de crédito. De esas 35 instituciones hay dos de capital del estado cuyas cifras no reporta Sudeban: el Banavih y Bandes.
Del total de la banca universal, cuatro (17%) pertenecen al estado y 19 (83%) al sector privado. La única institución financiera comercial es del sector privado así como también los cuatro bancos microfinancieros. A su vez, el sector público dirige cuatro bancos con leyes especiales, 2 de desarrollo y un instituto municipal de crédito. Al cotejar, 68,57% (24 bancos) pertenece al sector bancario privado mientras que el 31,43% restante (11 bancos) los gestiona el estado.
Para medir el estado de salud del sistema bancario se requiere analizar la cartera de crédito bruta. En Venezuela, hasta septiembre de 2015 este indicador se ubicó en 2.076.485.503 bolívares, lo que representa un aumento de 109,6% en un año. Es decir, en 12 meses la cartera de crédito de la banca universal y comercial incrementó 1.085.824.484,73 bolívares. Mientras que si compara con el mes de agosto de 2015, la cartera de crédito bruta subió 6,7% en un mes.
El grueso de la cartera de crédito lo capitalizan 10 bancos: 3 públicos y 7 privados con un total de 1.856.581.589 bolívares, que equivale a un 89,4% del total de la cartera de crédito bruta. Además los otros 219.903.914 bolívares se reparten entre las 25 instituciones financieras restantes que conforman el sistema.
De los 10 primeros bancos, solo en el sector público se concentra 29,2% aproximadamente de los créditos bancarios y 60,3% en el privado. El Banco de Venezuela es la institución que lleva la batuta en este apartado. Hasta septiembre de 2015, su cartera de crédito se posicionó en 409 millones 670 mil 214 bolívares, teniendo así 19,7% del total de la cartera de crédito bruta del sistema financiero nacional. Por su parte, Banesco se ubica en segundo lugar en la cartera de crédito bruta con 313 millones 939 mil 322 bolívares (15,1%) y de tercero el banco Provincial con 267 millones 119 mil 128 bolívares (12,9%).
El antiguo superintendente de la Sudeban, Alejandro Cáribas, puntualiza que los ingresos de la cartera de crédito en el sistema duplica los ingresos por concepto de títulos valores. Explica además que, aunque hay exceso de liquidez en el mercado y la moneda se deprecia aceleradamente, la cartera de créditos tiene un excelente balance. Sin embargo, cuestiona el motivo y el uso que se le pudiera estar dando a los créditos comerciales solicitados. Critica la posibilidad de que la solicitud de créditos comerciales sea para ahorrar en divisas y especular en el mercado cambiario nacional.
“Planteo una interrogante, yo me pregunto cómo es posible que la banca, aunque sea nominalmente esté creciendo en crédito cuando el país se encuentra en una verdadera recesión: ¿quién pide los créditos? Por supuesto que los créditos, que han venido creciendo son los comerciales y de consumo y ¿a dónde van esos créditos comerciales?, ¿son personas que realmente piden esos créditos comerciales porque está invirtiendo en el país?, ¿utilizan esos créditos para comprar divisas y traer bienes al país? Pudiera ser que mucho de esos créditos fueran a parar a la adquisición de divisas esperando que se produzca más devaluación y con ello cancelar la obligación que tienen que siempre será a un precio fijo, por lo que hablamos de las tasas de intereses, pero hay que estudiarlo”, menciona.
Según el director de Softline Consultores, José Grasso Vecchio, las áreas crediticias que más han aumentado en términos nominales han sido los créditos al consumo y los obligatorios. Explica que específicamente los incrementos de los créditos de consumo se originan por el alza del uso de las tarjetas de crédito para adquirir alimentos y costear bienes y servicios en el área de salud este año. “También hay un preocupación natural como el eventual deterioro de algunos créditos por el tema de la inflación. Los créditos a personas naturales pueden verse impactados por la inflación porque el poder adquisitivo del individuo se restringe. Son situaciones que los bancos estudian con detalle”, asevera Grasso Vecchio.
El economista César Aristimuño considera que el comportamiento de la cartera de crédito venezolana durante el año 2015 ha estado “absolutamente limpio” producto del índice de morosidad que se ubica, hasta septiembre de este año, en 0.36% y su reducción de 0.16% en un año. Hasta el noveno mes de este año, la intermediación crediticia se posicionó en 59,05%, lo que implica que la banca coloca un mayor porcentaje de los recursos captados en la actividad crediticia. Aristimuño recuerda que más de un 50% de la cartera de crédito es de carácter obligatorio y que, por tanto, se traduce en “un elemento en contra” de la rentabilidad de la banca. Manifiesta que las tasas preferenciales dentro de esas cinco carteras de crédito obligatorias están por debajo de la tasa de interés que paga la banca por las captaciones que recibe.
“Si lo miramos así, pudiéramos decir que buena parte de la rentabilidad de la banca descansa en un 40-45% de la actividad crediticia, nos referimos al crédito comercial que es un crédito que funciona sobre la base de un 24% más un 3% de comisión flat y las tarjetas de crédito que tienen una tasa activa del 29% (…) pudiéramos decir que allí descansa buena parte de los sólidos ingresos de la banca sin querer decir que las otras actividades de crédito controlados no dan soporte, pero cuya tasa de interés está en términos promedios por debajo de la tasa de interés de los créditos comerciales y de consumo”, explica.
Al revisar la cifra del total de activos del sistema bancario comercial y universal del país, según la Sudeban y un estudio de la firma Aristimuño, Herrera y Asociados, se calcula en 3.893.486.517 bolívares hasta septiembre de 2015. El 88,2% de los activos del sistema se concentra en 10 bancos: Venezuela (20,5%), Banesco (15,3%), Provincial (11,9%), Mercantil (11,4%), B.O.D (7%), Bicentenario (6,1%), Del Tesoro (4,7%), Bancaribe (4,3%), Exterior (3,8%) y Nacional de Crédito (3.2%). El 11,8% restante se distribuye entre los otros 25 bancos del sistema.
Morosidad en el sistema
*El índice de morosidad se ubica a septiembre en 0.36%, una reducción de 0,16% en un año. La Sudeban informó que al cierre de septiembre de 2015 la morosidad del sistema bancario nacional se ubicó en 0,36% disminuyendo 0,04 puntos porcentuales si se revisa el valor del mes de agosto de este año cuando se posicionó en 0,40%
No obstante, el índice de morosidad más bajo lo posee el Banco de las Fuerzas Armadas (Banfanb) al ubicarse en 0%, que también es un banco público. Aristimuño explica que este fenómeno se origina porque la cartera de crédito de esta institución es pequeña. Así pues, el índice de morosidad es más bajo en el sector privado de la banca nacional.
“De cada 100 bolívares que tiene la banca en créditos morosos, la banca tiene 7,27 veces reservas para esos créditos. Eso demuestra pues, que la banca ha venido haciendo y realizando mayores provisiones para cubrir su cartera morosa y todo lo que es la cartera inmovilizada, lo que refleja es una responsabilidad en el manejo de la gestión crediticia para que, si llegase haber una necesidad, pudiera provisionar mayores recursos producto de una situación económica más adversa de la que tenemos eventualmente”, afirma el docente.
Cáribas asegura que la inflación no está afectando a las tasas de interés y por tanto, mejora el resultado del índice de morosidad. “En el caso del salario mínimo que permanentemente viene incrementando toda la tabla salarial del sector, inclusive el privado, eso da mayor capacidad nominal para pagar unos créditos que se mantienen permanentes cuando las tasas son fijas porque no pueden pasar de 24% o 29%. Eso hace que la morosidad sea asombrosamente baja”, manifiesta.
Liquidez “desproporcionada”
Durante el 2015 se ha denunciado que el Banco Central de Venezuela ha incrementado la impresión de dinero inorgánico en el aparato productivo nacional. Así pues, representantes del sector aseguran que la liquidez monetaria se encuentra “mal distribuida” en el sistema financiero venezolano producto de acciones no igualitarias entre el sector bancario público y privado. “El BCV ha venido por un lado, produciendo dinero inorgánico y por otro lado es quien lo echa al mercado y por otro lado es quien lo recoge a través, entre otras cosas, del (instrumento) Directo BCV. Luce como contradictorio esa política, cuando lo ideal es que no se coloque dinero inorgánico en el mercado con lo cual tu recogerías menos, la banca buscaría su estabilidad bien por operaciones interbancarias. Entonces hay operaciones que en algunos bancos, por ese tema de restricción de la liquidez por parte del BCV, han tenido problemas de liquidez, por eso es que las tasa interbancaria, en estos tiempos ha venido aumentando”, afirma Alejandro Cáribas.
Aristimuño coincide con Cáribas y cataloga el comportamiento de la liquidez monetaria en el sector bancario privado como “no igualitario” frente a la pública. Asegura que la situación se refleja en el aumento de los gastos financieros de la banca.
“En lo que va de este segundo semestre las reservas bancarias excedentarias se han contraído de manera importante a un promedio de casi 110 mil millones de bolívares, lo que significa una contracción en la disponibilidad de recursos de la banca por encima del 30% - 31%, lo que ha hecho que las operaciones del mercado interbancario, a través de los créditos overnight se haya acelerado de manera importante en los últimos meses. No obstante, hemos de esperar, para lo que ya resta de año, se vea un incremento en la liquidez, la cual muy probablemente reduzca la presión sobre el pasivo de la banca, al menos de aquí a la primera semana o segunda semana de diciembre”, comenta Aristimuño.
Además el ex superintendente de la Sudeban manifiesta que la banca pública no presta dinero en el overnight. Precisa que se han registrado transacciones interbancarias a tasas de 16% en los últimos meses. “De ser eso cierto, uno de los bancos que tiene la tercera parte de esa liquidez que está en los bancos del estado no está en el mercado. Entonces, quedan mucho menos bancos en el mercado con capacidad de prestar (…) hay una oferta restringida: por una parte porque el BCV está recogiendo liquidez porque la banca pública no está concurriendo a esa mercado interbancario, entonces queda mucho menos oferta, al haber mayor demanda y menor oferta el precio del dinero es de esa tasa interbancaria elevada”, agrega Cáribas.
Condiciones no igualitarias
De acuerdo con información publicada en abril de este año en la Gaceta Oficial N° 40.636, la banca pública es la única autorizada para gestionar el cupo electrónico y viajero de los venezolanos. Esto supone una serie de privilegios que favorecen a la banca pública por encima de la privada contradiciendo lo que indica el artículo 112 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: “…el Estado promoverá la iniciativa privada, garantizando la creación y justa distribución de la riqueza”. No obstante, especialistas del sistema financiero venezolano aclaran que es natural que la banca gestionada por el Estado sea la principal receptora de los fondos públicos. Además de las modificaciones cambiarias, también se cuestiona disposiciones como la exclusión del sistema de banca pública en los aportes al Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios (Fogade).
A juicio del economista Alejandro Cáribas la decisión de supeditar la gestión de las divisas solo a través de la banca pública distorsiona la libre competencia y el concepto de igualdad de condiciones. Destaca que a raíz de la publicación de la providencia cambiaria en abril, las personas que adquirían divisas preferenciales usando el sistema bancario privado tuvieron que “forzosamente” migrar al público, trasladando así muchas operaciones financieras a ese sector.
“Se hizo de una manera tan despectiva el traslado que causó muchas distorsiones, todavía, porque la banca no tiene inclusive el plástico para las tarjetas. Muchas veces por problemas de insumos y problemas de personal de atender a toda la gente que se volcó a la banca pública, lo que pudo haber conspirado contra toda esa expectativa de que todo mundo se pasara, no solamente con la tarjeta de crédito, sino con sus ahorros para allá”, señala Cáribas.
Para el analista financiero César Tinoco la modificación cambiaria le agregó más riesgo al sistema bancario público tomando en consideración el alto índice inflacionario, la recesión y el déficit gerencial en ese sector. Explica que en algunos bancos públicos (Venezuela e Industrial) los plazos de créditos son mayores, lo que implica el aumento de la duración del activo con relación a la del pasivo, “ampliando así la brecha con impacto negativo en el patrimonio”. Además, prevé que aumente la morosidad en el sistema financiero público puesto que “los incentivos para incurrir en el impago son enormes”.
La decisión “política” de priorizar el crecimiento de las actividades financieras públicas incide en los niveles de rentabilidad, capital y liquidez de los bancos privados. El cambio en la administración de divisas se evidenció además en el aumento de las captaciones del sistema financiero gestionado por el Estado que, en septiembre de este año, 33% de las mismas se concentró solo en el sector bancario público. Hasta el noveno mes de este año, el total de captaciones del sistema de la banca pública y comercial se contabiliza en 3.422.508.666 bolívares, siendo el Banco de Venezuela, el que posee la mayor cuota de captaciones del mercado financiero (20,8%) al totalizar 710.651.719 bolívares hasta septiembre de 2015, seguido por Banesco en segundo lugar (15,5%) y Provincial de tercero (11,7%). Además en un año las captaciones en todo el sistema bancario nacional incrementaron en 92,2%.
“La modificación del convenio cambiario sin duda benefició a la captaciones, benefició a la cartera de crédito pública, pudiéramos considerarlo de alguna u otra manera como una acción no igualitaria de la banca pública versus la banca privada. Ese hecho ha permitido un fuerte desplazamiento de recursos de la banca privada a la pública, que en algunas circunstancias ha presionado el costo pasivo de la banca”, añade el economista César Aristimuño.
Optimización del sector
En un sistema bancario ideal el sector privado y público coexisten armónicamente siempre y cuando las condiciones sean igualitarias y favorables para ambos. Cáribas le recomienda al sector público bancario que diferencie entre lo que es un banco y un instituto de crédito. A su juicio, instituciones como el banco Agrícola y el Banco de la Mujer no deberían formar parte de las estadísticas oficiales del sistema. Considera que el Estado debería estudiar la posibilidad de fusionar algunos bancos cuyos rendimientos son cuestionables, como el caso del Banco Industrial.
Además, recuerda que para que la banca crezca es necesario que capitalice y es por ello que recomienda que se revise el último acuerdo bancario emitido por el grupo Basilea III sobre quantum de los activos y calidad de los mismos.
“Creo que la Superintendencia debería estar estudiando la posibilidad de incrementar la solvencia patrimonial de la banca, es decir la relación del patrimonio más gestión operativa sobre los activos ponderados con base en el riesgo están en un 9%, muchos bancos están por 9 y piquito pero apenitas por encima. Siempre esas medidas hay que tomarlas gradualmente, no es que mañana se da una decisión espasmódica que diga que dentro de tres meses tiene que estar en un 10% pero sí debería establecerlo gradualmente porque eso fortalece al sistema”, enfatiza.
Expertos en el área coinciden en que para mejorar el rendimiento financiero se requiere invertir en tecnología, lo que supone una reducción considerable de costos y la prestación de un mejor servicio. También se requiere que se bancarice a la mayoría de la población del país y que se comience a mirar la banca electrónica junto con la sustitución del dinero en efectivo. Es por ello que el sistema bancario nacional debe empezar a mirar más la prestación del servicio y no solo las cifras de rendimientos que se plasman en los estados financieros. Destaca además que aunque la liquidez monetaria no está bien repartida, la banca venezolana posee “un colchón amplio” para hacer frente a situaciones económicas más adversas de las que padece actualmente el aparato productivo nacional, esto producto de una gerencia que ha sabido planificar sus recursos.
Por Oswaldo José Avendaño Avendaño
El artículo está disponible en la edición aniversaria de banca venezolana de la revista DINERO en todos los kioskos del país
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