Control de precios y producción (medidas de ajuste II)
Los precios en el mercado reflejan el equilibrio entre oferta y demanda de los bienes y servicios; lo que los consumidores están dispuestos a pagar y los productores a producir a esos precios. Cuando este equilibrio se rompe por causas excepcionales, es oportuno aplicar medidas de controles de precios.
Ahora bien, este tipo de medida es coyuntural, y de muy corto plazo. Cuando los controles de precios permanecen por largo tiempo, se producen distorsiones no deseadas en el mercado, y la aparición de mercados no cristalinos o mercados negros, que potencian estas distorsiones.
En periodos de inflación acelerada y prolongada, los costos de producción se incrementan, y si los ajustes de precios no van al mismo ritmo, los niveles de producción se lesionan ya que no hay incentivo para producir, y las cantidades producidas pueden reducirse; reflejándose al final en la oferta de mercado.
Otra distorsión que se presenta, es el arbitraje de precios, muy común en los mercados controlados; la aparición de los llamados mercados negros, reflejan el precio real entre oferta y demanda. Dado que generalmente los precios controlados son inferiores a su precio real cotizado en el mercado negro, se origina una transferencia de productos desde los mercados formales controlados hacia estos mercados negros no controlados, produciendo escasez en los mercados formales con control de precios.
Cuando se trata de productos transables en el exterior, dichas transferencias pueden traspasar las fronteras del país, produciéndose un fenómeno conocido en nuestro país como contrabando de extracción (caso similar ocurre con productos con precios subsidiados inferiores a sus precios internacionales, como es el caso de la gasolina). En ambos casos se aceleran los procesos de escasez, evitando a las grandes masas de consumidores acceder en forma normal a los productos.
Por ello para eliminar esta distorsión, la medida idónea es la eliminación de los controles de precios, para que el mercado refleje los precios reales de los productos y retornar el equilibrio natural.
Ahora bien, la cultura y organización del consumidor debe ser tomada en cuenta al momento de tomar una decisión de este tipo; previamente se debe estructurar un Programa de Educación del Consumidor, con el fin de que la masa de consumidores aprenda a agruparse a través de estructuras organizativas, como pueden ser cooperativas de consumo, en todos los niveles organizativos sociales, con lo cual se permita responder efectivamente ante los cambios del mercado. En nuestro país, paradójicamente el sector productivo esta formalmente organizado, mientras que los consumidores no lo están. Junto a ello, se debe reactivar un canal formal de información pública de precios de productos agrícolas como lo es la Bolsa de Productos agrícolas (actualmente este tipo de bolsa está fuera de operación en nuestro país), con el fin de que los consumidores tengan acceso a la formación de precios referenciales del mercado (ver el articulo INFLACION VENEZOLANA, Johnny Zafra R- Diario El Universal edición 26-07-1987).
Obviamente, este tipo de medida debe formar parte de un plan estructural de ajuste macroeconómico, que permita diversificar las exportaciones.
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