Jueves 14 de Noviembre de 2024

Pedro Palma: Escasez de billetes es por acelerada inflación

MONEDA
Refirió Palma que el espiral inflacionario cada vez toma más cuerpo porque los precios aumentan con mayor intensidad y por lo tanto se necesita más dinero para comprar los mismos productos. Anabella Abadi explicó que en el 2008 el salario mínimo se pagaba con 8 billetes, hoy “se necesitan al menos 76 billetes”.

El economista y director de Ecoanalítica, Pedro Palma, dijo el martes ” que la escasez de efectivo se debe a varios factores, como el proceso inflacionario y los subsidios masivos del Gobierno".

Refirió Palma  que el espiral inflacionario cada vez toma más cuerpo porque los precios aumentan con mayor intensidad y por lo tanto se necesita mayor cantidad de dinero para comprar los mismos productos.

Si antes se gastaba 100 bolívares comprando un kilo de queso, ahora tienes que gastar 1000 bolívares, 10 veces más la cantidad de efectivo. A este planteamiento señaló que se puede pagar con tarjeta de crédito o cheque, pero el ciudadano prefiere pagar con billetes.

“La aceleración del proceso inflacionario implica que cada vez necesitas mayor cantidad de billetes para adquirir productos, a menos que haya billetes de alta denominación a los que se pueda tener acceso”, acotó Palma, fundador e individuo de Número 1 y ex presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, en el programa de radio “César Miguel Rondón.

"Quien está generando inflación es el Estado que gasta 20 por ciento del producto que le ingresa y, por tanto, tiene que buscar financiamiento del BCV”, agregó el analista.

Explicó que después que se modifico el cono monetario en enero de 2008, el billete de más alta denominación fue el de 100 bolívares, y en ese momento era importante tenerlo porque compraba bastante. "Eso sustituyó a los viejos billetes de 100 mil porque se le quitaron 3 ceros a la moneda”. Consideró que ese proceso que data desde 2008, hasta la actualidad, ha agravado la inflación porque cada vez se compra menos y por lo tanto se necesita más cantidad de billetes.

Sentenció Palma que el segundo factor que está generando la escasez de billetes en el país se encuentra relacionado con los subsidios masivos del Gobierno Nacional, “precios artificialmente bajos a los que vende, una serie de productos básicos de consumo masivo de la dieta popular, alimentos, de limpieza, de salud que son mucho más baratos en Venezuela, que en algunas partes de la frontera, en Colombia”.

“Resulta un excelente negocio venir a Venezuela a comprar los productos de primera necesidad para pasarlos a Colombia y venderlos a 3 o 4 veces el precio de aquí”, señaló.

Recordó que el caso más extremo de la actual situación que se vive, es el de la gasolina, “en el país cuesta un centavo de dólar y cuando la pasas a Colombia, está en 3 dólares, que equivalen a 8 pesos colombianos”. “La diferencia es dramática y por lo tanto es un negocio comprar productos en Venezuela y pasarlos a Colombia”, refirió Palma que este es el origen del bachaqueo en el país.  

“El bachaqueo, es la fila de personas que compran poquitas cosas se las ponen al hombro y pasan la frontera al vecino país y lo venden, eso es como la fila de bachacos que van llevando sus cargamentos”, señaló. “Este tremendo negocio que ha surgido en Colombia es como se compra cantidades de productos en Venezuela y los pasó a la frontera y los vendo a un precio mayor, pero para que esas personas puedan adquirir los productos necesitan la moneda nacional y es por eso que los negociantes dedicados al bachaqueo están ávidos de obtener bolívares”, acotó.

Explicó el profesor especialista en economía del IESA, que un billete de Bs. 100 lo pueden llegar a comprar en Colombia en 140 bolívares para precisamente atraer a las personas que tengan billetes de esa denominación.

 “Por el billete de 100 bolívares estas personas tienen que pagar 120, 130, 140 bolívares, tienen un ejército de bachaqueros que pasa a Venezuela, compra los productos de consumo masivo y los lleva a Colombia para obtener ganancias exorbitantes que cubren de sobra la prima que ellos tuvieron que pagar obtener el papel moneda en 140 Bs.”.

“Muchas gente saca la mayor cantidad posible de billetes de Bs. 100 y de Bs. 50 en este lado de la frontera para venderlos al  otro lado de la frontera y sacarle la ganancia”.

Por esta razón los bancos en los estados fronterizos han quedado sin billetes, y han tenido que restringir la cantidad de dinero que se puede sacar de las cuentas bancarias lo que ha generado molestia en la gente porque consideran que no tienen nada que ver con la venta de bolívares y no tendrían que estar perjudicados en la adquisición de efectivo.

La emisión del billete de 500

Anabella Abadi, analista de entorno y gestión pública del grupo consultor ODH, coincidió en que se necesitan más billetes grandes porque la finalidad última de “los billetes y monedas” es facilitar las transacciones.

Refirió Abadí que en el año 2008 el salario mínimo se pagaba con 8 billetes, hoy  “se necesitan al menos 76 billetes”, estos es lo que debería ganar un trabajador en su actividad formal.

“Los billetes de 100 y 50 que se están trayendo por emergencia son porque precisamente se necesitan más grandes”. “Cabe decir al día de hoy que un tercio de los billetes que circulan son de 100 y sólo un 19% o 20% son de 50, es decir, los billetes son de más alta denominación, pero son insuficientes”, señaló Abadi.  

Cabe destacar que en 2013 ya se hablaba de la necesidad de imprimir el billete de 500, pero emitirlo en 2016 es tarde.

Consideró la analista que lo más importante es la emergencia de la política económica, porque todas las políticas públicas deben ser planificadas y lo que está pasando en el país es porque sus políticas son reactivas, sin planificación, ni consideración del impacto que pueda generar en la población.  

El rango del billete  

Para Abadi, lo ideal sería un margen suficiente, que calcule los precios en unidades continuas y no discretas, por ejemplo, el salario mínimo son 7.422 bolívares, lo que se necesita para pagar este salario son billetes grandes pero también los pequeños para completar. Señaló que lo importante es ver qué proporción debe tener los billetes de más alta denominación versus los de baja denominación.

Señaló la economista que cuál sería ese billete más grande es discutible porque el de Bs. 500 queda insuficiente. “Estamos en un momento difícil y necesitamos un billete de Bs. 1000, esto no quiere decir que se eliminarían los pequeños”. Insistió que la necesidad final es facilitar las transacciones.

Será que volverán los tres ceros

La analista considera que los tres ceros pueden volver no por la decisión de emitir billetes de mayor denominación sino por la inflación que nos arropa.

“La inflación determina la cantidad de bolívares que uno necesita para realizar distintas transacciones, si los precios aumentan aceleradamente, desencadenas un proceso inflacionario que implica que cada transacción sea altísima”, refirió Abadi.  

Señaló Palma que mientras se pueda cancelar las transacciones con tarjeta de débito o crédito, la situación cambia, pero hay otras cosas que tradicionalmente se pagan con efectivo y ahí es donde viene el problema.

Comentó Palma que una fuente cercana al Banco Central de Venezuela dijo que la razón por la cual no se emite el billete de más alta denominación es justamente porque es inflacionario y presiona los precios al alza, porque “si metes billetes de Bs. 1000, la gente va a poder comprar mucho más”.   

Consideró Palma que lo que realmente genera inflación es la cantidad de masa monetaria y cuando se expande con celeridad o intensidad en comparación con la disponibilidad de bienes y servicios genera inflación. Asimismo indicó que quien está generando la inflación es el Estado a través de un gasto deficitario enorme, porque gasta más de lo que ingresa.

“Si gastas un 20% más del producto, tienes que buscar financiamiento y quien te financia es el BCV creando dinero inorgánico, sin respaldo, que entra a  la masa monetaria y lo traduce en una expansión de la oferta monetaria descomunalmente alta y ese es el principal factor que genera la inflación y no la denominación de los billetes”, dijo.

Proporción del efectivo con respecto a la liquidez monetaria

Palma explicó que la medición de la oferta monetaria está por debajo de 10%. La cantidad de billetes que forman parte de la oferta monetaria es bajísima porque aquí tradicionalmente esa relación estaba entre 15 y 20 por ciento, lo que indica que todavía hay espacio para poner en circulación billetes de más alta denominación que aumenten el porcentaje del efectivo sobre el resto de la oferta monetaria sin que necesariamente se cree un proceso inflacionario.

“Se tiene que controlar la oferta monetaria, y esa masa monetaria en su conjunto no crezca desproporcionadamente”, señaló el especialista en Economía.  

¿Un corralito disfrazado?

Abadi (a título personal) no considera que lo sucedido con la escasez de efectivo sea un corralito disfrazado, porque los corralitos son políticas que vienen del Gobierno, es quien decide restringir la cantidad de dinero a la que se puede acceder.

El problema de la escasez de billetes, son los montos que puedes sacar por taquilla o por cajero automático, son limites técnicos porque el billete no está en circulación. “El venezolano todavía puede acceder a sus bolívares por los otros mecanismos también restringidos pero puede hacer transferencias, si tiene chequera puedes usar cheques, si tiene el plástico puede usar la tarjeta de debito, esto más que un corralito es un tema de que el sistema bancario no es tan eficiente como debería ser”, refirió.

“Las personas prefieren tener los billetes en la mano porque se sienten seguros al tenerlos”. Que se puede hacer si le están pagando su salario mínimo y no puede sacarlo en efectivo, porque no tiene chequera o el cajero no tiene billetes, siente angustia e inseguridad”, sentenció Abadi.

“Ni reconversión, ni billetes nuevos”, “nos quieren engriegar” son manifestaciones válidas para dibujar la situación de la escasez monetaria que expresan los ciudadanos en la calle cuando quieren retirar su dinero y no pueden.

Ante este planteamiento, el economista Pedro Palma refirió que esa sensación de corralito, de esa prohibición de tener acceso al dinero, es frustrante.

Recordó Palma que el corralito se popularizó en Argentina en el 2001 cuando al final del proceso de la “Ley de Convertibilidad Argentina” que estuvo vigente desde el año 1991-2001, el gobierno argentino aseguró a sus ciudadanos una libre convertibilidad de pesos a dólares.

Johanna Valero/Redacción DINERO

jvalero@dinero.com.ve

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