El petróleo pasó de negro a rojo
Hace un cuarto de siglo, el petróleo venezolano no era rojo-rojito sino tan negro como el de casi todo el mundo. Tanto es así que en 1988, el año en que nació la revista DINERO, Petróleos de Venezuela (PDVSA) compró la refinería Corpus Christi, en Texas, Estados Unidos.
PDVSA, fundada en 1975, tenía tan sólo 13 años. Pero, igual que hoy en día, subyacía el debate sobre la conveniencia de la participación privada en la industria.
“En estos 25 años ha habido momentos importantes en la política petrolera. La revista ha sido testigo de dos hitos importantes: la Apertura y la Plena Soberanía Petrolera”, resumió el abogado Cesar Mata García, Doctor en Derecho del Centre for Energy, Petroleum, and Mineral Law and Policy, Universidad de Dundee, Escocia.
La crisis luchaba por emerger en 1988, el precio del petróleo no alcanzaba el techo de 1979 – 1980, el país vivía las consecuencias de la balanza de pagos de 1983 y el panorama se completó con el colapso de precios petroleros de 1986.
El petróleo era negro en ese momento, pero también convivía con la perenne voracidad del Estado que quiere aumentar sus ingresos.
Terreno minado
Venezuela había dado el primer paso hacia la modernización con la Ley de Hidrocarburos de 1943, cuando fijó unilateralmente las regalías; estableció que las concesiones duraban 40 años y fijó los parámetros para la inversión a largo plazo (vigentes hasta 2001).
Pero el fin de las concesiones llegó antes lo previsto, en 1971, con la Ley de Reversión Petrolera. Venezuela fue el primer exportador mundial de petróleo hasta 1970 con una producción de 3,7 millones de barriles diarios (b/d), mientras que en 1976 produjo sólo 2,3 millones b/d y 1,9 millones b/d en 1988.
Hace 25 años, el Estado necesitaba oxígeno. El ingreso fiscal petrolero en 1986 era menos de un tercio del que tenía en 1981 y se había contraído la renta per cápita. “PDVSA tenía un portafolio de inversiones muy grande y recursos limitados para cubrir el potencial”, explicó Ramón Espinasa, quien fue economista Jefe de PDVSA entre 1992 y 1999.
El socio aportaba capital, tecnología, capacidad de ingeniería y aseguraba mercados a la industria petrolera venezolana.
Gasolina inflamable
El petróleo detonó en el Caracazo de 1989 ante la liberalización de la economía que ejecutó el gobierno de Carlos Andrés Pérez, que incluyó un aumento de 100 por ciento en la gasolina.
El país intentaba aumentar su producción y en los años 90 se aprovechó la “ventana abierta” del artículo 5 de la Ley de Nacionalización Petrolera, que permitía al Estado asociarse con empresas privadas en casos especiales.
El gobierno de Pérez y luego Rafael Caldera suscribieron 35 convenios operativos en tres rondas licitatorias (1992, 1995 y 1997) y cuatro asociaciones estratégicas para desarrollar la Faja Petrolífera del Orinoco.
Escarlata
Pero el gobierno de Hugo Chávez reaccionó a la Apertura, con un proceso que comenzó con la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 2001.
En 1999, El abogado Álvaro Silva Calderón era director general del Ministerio de Energía y Minas, y en su interpretación de los hechos, PDVSA conservaba esa gerencia formada por petroleras extranjeras que pensaba que la participación de las transnacionales había sido positiva.
Pero Espinasa, profesor de la Universidad de Georgetown en Estados Unidos, lo explica de otra manera al comparar la participación privada de los 90 con el esquema creado por la ley de 2001: “¿Qué hay de barril nuevo que se haya producido bajo forma de participación privada en los últimos 14 a 15 años?: nada”, mientras que con la Apertura “en ocho años se aumentó la producción en un millón de barriles diarios” y se construyeron los 4 mejoradores de la Faja.
Alianzas financieras
Hoy el Gobierno mantiene una política petrolera apegada a cuatro principios: la maximización de la captura de la renta, el compromiso con el sistema de cuotas de la OPEP, la búsqueda de nuevos mercados y el interés de aumentar la capacidad de producción.
Con esos lineamientos, la socialización de la renta ha debilitado la inversión, y Venezuela ha disminuido sus exportaciones a Estados Unidos al tiempo que las aumentó a China e India.
“Se ha producido una descapitalización muy importante. Puede ser cierto que recibes más renta, pero es porque has estado descapitalizando la empresa. Has transferido más de lo que podías y eso ha sido a expensas de la inversión”, apuntó Espinasa.
El trabajo completo está en la edición aniversario de DINERO que ya está en circulación.
Autor. Patricia Rondón Espín / Petroguía
El Dato
3,7 millones de barriles diarios producía Pdvsa en 1970, posicionando a Venezuela como el principal país exportador de petróleo
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