La corrupción salpica, pero no hay detenidos
Las cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) hablan. Una correlación de la balanza de pagos de los años 2003-2012 realizada por la firma venezolana Ecoanalítica arrojó una captación irregular de unos 69.500 millones de dólares de Cadivi, superior a los 20.000 millones de dólares que denunciaron funcionarios del Gobierno del presidente Nicolás Maduro. Pero, ni la ex presidenta del BCV Edmée Betancourt ni el ex ministro de Planificación Jorge Giordani contaron la historia completa: les faltó incluir las importaciones públicas.
A solicitud de un organismo multilateral, cuya identificación se reserva por razones de confidencialidad, Ecoanalítica cotejó nueve años -excepto el 2013 por falta de data- de importaciones, inventarios y salida de capitales en la balanza de pagos del BCV, y detectó que las variables no tienen correspondencia, lo que demuestra una sobrefacturación, y en consecuencia, el uso irregular de las divisas del extinto Cadivi, hoy Cencoex (Centro Nacional de Comercio Exterior).
“Hubo una sobrefacturación de empresas fantasmas que al final no importaron productos, hubo sobrefacturación de empresas de maletín”, dijo a DINERO la economista senior de Ecoanalítica Jessica Grisanti. “Dieron más dólares para la cantidad de bienes que se trajeron”, agregó.
El director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, por su parte, señaló que es difícil dar los nombres de las empresas, porque no hay manera de hacerlo.
“Ahí hay relaciones en esas variables, relaciones económicas, que deberían sostenerse, pero no se sostienen. Qué es lo que se determina, que hay unos elementos de sobrefacturación”, dijo Oliveros en un programa radial con el periodista César Miguel Rondón. “Los 20.000 millones de dólares no son 20.000 millones de dólares”, comentó en referencia a la cifra que señalaba el ex ministro Giordani como monto robado.
El reporte determinó que el 40 por ciento de las importaciones públicas fueron ficticias, al igual que el 19,6% de las privadas. Es decir, de cada 100 dólares que destinó el Estado para importar, 40 fueron desviados para fines distintos a la compra de bienes para el país.
En sus denuncias, ni la ex presidenta del Banco Central Edmée Betancourt, ni el exministro de Planificación, Jorge Giordani, mencionaron el manejo de los recursos públicos, sino solo los del sector privado.
La campaña presidencial de Maduro en el 2013 se centró en la lucha contra la corrupción, uno de los males que sigue latente en el país petrolero tras 15 años de Gobierno socialista. En el país se han producido una serie de detenciones de funcionarios por corrupción en empresas estatales, organismos públicos y ministerios, aunque por el momento no ha afectado a ningún peso pesado del chavismo.
“Si bien la salida de capitales, tanto públicos como privados, creció en promedio 113,1 por ciento durante los tres años previos al control de cambios, registrando un monto de 27.441 millones de dólares entre 2000 y 2002, la entrada al juego de Cadivi no ha cambiado las cosas”, señaló Grisanti.
El control de cambios no ha impedido la fuga de divisas, a decir de la analista, sino más bien generó todos los incentivos ilegales. El análisis de Ecoanalítica menciona una salida de capitales de 179.492 millones de dólares entre 2003 y 2012, de los cuales 141.959 millones de dólares corresponden a la salida de capitales privados. “Y por más captahuellas que se generen siempre habrá ese tipo de situaciones”, dijo.
Más aún, la economista de Síntesis Financiera, Tamara Herrera, esgrime que las denuncias de corrupción hechas por los ex funcionarios fueron una excusa para justificar el racionamiento de divisas que se avecinaba, y por ello se amenazó con una lista que no se publicó, porque no existió.
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El Simadi representó el 7,07 por ciento de lo liquidado en divisas, mientras que las tasas más bajas de 6,30 bolívares y de 13,50 bolívares el 92,93 por ciento.
Giordani hizo pública una carta en el que critica fuertemente el gobierno de Maduro y asegura que su distanciamiento empezó por la interferencia de asesores franceses en la operación del Ministerio de