Venezuela: primer lugar en el índice mundial de miseria
El Instituto CATO, un centro de pensamiento basado en Washington con arraigada ideología liberal, ha venido desarrollando un índice de miseria, cuyo propósito es asignarle valor a la situación por la cual atraviesan los ciudadanos de 89 países alrededor del mundo. El índice se calcula sumando la tasa de desempleo, la de inflación y las de interés, menos el crecimiento interanual del producto interno bruto per cápita.
Venezuela ocupa el flamante primer lugar del índice de miseria del CATO, con un resultado de 79,4, el cual se contrasta con el de Japón -el país menos miserable, o el más dichoso, por antónimo- de 5,41. Pero es que, según el autor del índice, el investigador Steve H. Hanke, el resultado de Venezuela (calculado al 31 de diciembre de 2013), subestima abiertamente el nivel de miseria de los venezolanos, ya que -según explica- el mismo se calculó utilizando la tasa de inflación oficial. Hanke, además, ha calculado la tasa de inflación implícita en Venezuela para 2013, con un resultado de 278% (casi 5 veces la oficial), lo cual haría que nuestra puntuación en el índice salte de 79,4 a 301.
De acuerdo. Tenemos el primer lugar indiscutible. Como sea que se haga el cálculo. Y al país que nos sigue más cerca, que es Irán (¿Irán? Sí, Irán), le sacamos casi 18 puntos. Siendo esto así, surgen al menos dos preguntas:
1. ¿Cómo quedaría nuestra posición en el índice, si consideráramos otras variables fundamentales que nos “complican” la vida? La inseguridad, la escasez, la polarización política y el no tener instituciones a las cuales acudir por justicia, ¿por ejemplo? Probablemente, le sumarían más puntos a nuestro ya primer lugar de miseria.
De acuerdo con el estudio, lo que más agobia al venezolano es la inflación; esa pérdida constante de valor del dinero que hace que -según Datanalisis- 6 de cada 10 venezolanos afirmen hoy que su ingreso familiar no es suficiente para cubrir sus gastos.
2. La segunda pregunta, de gran relevancia, es si los venezolanos estamos al tanto de nuestra propia miseria. Es decir, de acuerdo con el ranking, los ciudadanos de Irán (puesto 2), Suráfrica (puesto 8) y Palestina (puesto 12) llevan considerablemente mejor vida que los venezolanos. Y, dada la comparación, esto es bastante decir.
Las variables que considera el índice (inflación, desempleo, tasas de interés y crecimiento del PIB), según explica el mismo autor, son de tal magnitud que su peso debería generar descontento y éste, a su vez, verse reflejado en las encuestas de opinión pública; sobre todo en lo que concierne a la evaluación de gestión del gobierno de turno.
Es decir, los ciudadanos sí deberíamos estar al tanto de nuestra propia miseria. Según la última encuesta de Datanalisis, 1 de cada 3 venezolanos (35,4% exactamente) valora como positiva la gestión actual de gobierno. Y ese venezolano que aprueba las acciones del gobierno, proveniente del estrato socioeconómico E o D -de acuerdo con la encuesta- es, posiblemente, el que lleva el mayor peso de la inflación, escasez, inseguridad, desempleo y un largo etcétera. Es cierto, las críticas a la gestión presidencial han venido en aumento, desde el mismo inicio del período. Pero, dada la situación, 35,4% de aprobación de gestión parece un gran número.
Otro dato relevante a considerar es el Reporte Mundial de Felicidad 2013. En esta comparación, contrariamente, Venezuela está entre los 20 países más felices del mundo. La investigación, realizada por expertos independientes, explica los factores que determinan en mayor o menor medida la felicidad de cada país. La felicidad venezolana se explica mayormente por el sentido de “soporte social” o, en otras palabras, que las personas sienten que pueden contar con alguien en momentos de dificultad. Aquí cabría preguntarse si los venezolanos sienten que cuentan unos con otros, o si alguna porción de la población, en efecto, siente que puede contar con el gobierno (¿misiones?). Por el contrario, las variables que menos explican la felicidad de los venezolanos (las menos frecuentes), son la libertad para tomar decisiones personales y la generosidad.
Claro que siempre cabe la pregunta de cómo se mejora la calidad de vida y se genera mayor bienestar, para ir perdiendo este primer lugar. Ojalá muchos se la estén haciendo.
Por cierto, nuestros amigos de Argentina siguen de cerca nuestra miseria en el puesto 4 y Brasil en el 9. En la otra punta de la lista, el “imperio” (norteamericano) está entre los 20 países menos miserables, y Panamá a tan solo 8 puestos del dichoso Japón.
Por: Marinelly Díaz Saporiti
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