Jon Paul Rodríguez, del Libro Rojo a la conservación mundial

Todo comenzó con una preocupación grupal por hacer algo para dar conocer y hacer visibles las especies en extensión en el país. No importaba si se trataba de una cartelera o lo que fuese. Eran los años de estudio en la carrera de biología en la Universidad Central de Venezuela, en la década de los ochenta.

Poco más de treinta años después de aquella inquietud, que se convirtió en razón de trabajo y de vida, la preocupación de este biólogo de 49 años no es una cartelera que pueda informar acerca de la conservación de especies nacionales, cuántas están en peligro, cuáles han desaparecido o si las que están son únicas en el territorio nacional, no. Ahora Rodríguez está al frente, recientemente designado, de una de las seis principales áreas temáticas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, un ente adscrito y con participación activa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con una participación de más de 200 países.

La mayor parte de las especies del mundo está —como lo explica Rodríguez— en el trópico, que es de donde él proviene y desde donde trabaja en el Instituto de Investigaciones Científicas (IVIC). Ahora Rodríguez será el responsable de coordinar las políticas y los planes necesarios en la región, para dar un vuelco a la conciencia de la conservación en este lado del planeta.

Rodríguez consideró que su fortaleza para llegar a ese cargo fue el desempeño durante ocho años en la vicepresidencia de la instancia que ahora dirigirá, que le permitió conocer los votantes, los trabajos de la comisión y cómo funciona la unión, pues eso siempre da una ventaja como candidato el tener esa plataforma.

“El hecho de no ser un europeo o norteamericano también fue bien visto cómo una oportunidad de que la comisión saliera de esos sitios de mundo, porque al fin y al cabo la mayor parte de las especies del mundo está en el trópico y la mayor parte de los expertos están en Europa y EEUU, entonces tenemos ese dilema acerca de cómo hacer para mejorar los recursos financieros y humanos para la conservación de las especies en países como Venezuela”, explicó Rodríguez.

Afirmó que la presidencia de la instancia internacional la coordinará desde Provita, en Caracas, una de las principales asociaciones civiles que se encargan de velar por la ecología en el país, y desde el IVIC, para tratar de combinar las distintas fortalezas de estas instituciones. Precisa que este último tiene un papel importante en la parte académica, en la capacitación y formación de personas.

“Como se trata de un organismo público eso nos puede vincular con otras instituciones para ver cómo contribuimos con la UICN”, dijo.

Rodríguez destacó que a escala regional Venezuela tiene un papel de muy bajo perfil en general en temas de conservación, a diferencia de otros temas políticos y  económicos en los que el Estado venezolano participa activamente.

“El tema ambiental no es un tema prioritario para el gobierno”, recalcó.

Consideró que el país ha bajado mucho su participación actualmente con respecto a los años 70, cuando Venezuela estaba a la vanguardia del mundo cuando se creó el Ministerio del Ambiente. Sin embargo, precisó que el país tiene ventajas y fortalezas, y una de ellas son las grandes extensiones de naturaleza que están protegidas; la otra es la legislación ambiental.

“El problema es que el asunto ambiental ha perdido terreno frente a otros problemas que también son importantes”, refirió.

Rodríguez podría trabajar fácilmente desde otras tierras, pues tiene la nacionalidad europea que le otorga el pasaporte español. Su esposa y sus hijas viven en ese país; sin embargo, este investigador caraqueño no titubea y ratifica que es el momento para trabajar desde Venezuela, luego de más de 25 años de luchar por una oportunidad para hacer algo realmente importante y por lo que tanto ha luchado junto con otros investigadores.   

“El grado de conciencia respecto a la ecología ha ido aumentando, aunque hay mucha ignorancia. Quienes quedan haciendo trabajo ambiental son muy pocos. Sin embargo, nuestros billetes tienen especies amenazadas de extinción, esas son ilustraciones tomadas del Libro rojo; ahora la gente sabe que hay un oso frontino que existe y eso hay que aprovecharlo”, finalizó.

Jesús Abreu Mena

@jesusabreu88

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