Agroproductores podrían combatir la escasez con insumos

Con un cementerio de maquinas que trabajan al máximo con 32 por ciento de su vida útil, la falta de agroquímicos y semillas de Agropatria –único dispensador por el control de cambio-, los productores agrícolas nacionales trabajan para combatir la escasez con un plan a corto plazo, explicó Antonio Pestana, presidente de la Confederación de Productores Agropecuarios (Fedeagro).

Tan solo en en promedio de dos meses y medio los productores nacionales pueden responder a las necesidades de consumo nacional si se mantiene un esquema de siembra. En el caso del arroz se pueden generar 285.500 toneladas para el ciclo de invierno, que alcanzaría para 2,5 meses. Sin embargo, por ahora solo  hay una siembra que alcanza para 114,750 toneladas (un mes).

Según Fedeagro, la capacidad de producción nacional de arroz es 850 mil toneladas con la siembra de 100 mil hectáreas. Esto significaría el consumo de 3,7 meses. Pero con la falta de distribuidores de insumos como fertilizantes, agroquímicos, y semillas, ha reducido las capacidades de que Venezuela pueda autoabastecerse.

Agropatria, empresa nacionalizada por el Estado es la única que tiene el monopolio, puesto es la que cuenta con las divisas por parte del Gobierno, y no tiene competencia porque los comercializadores privados solo pueden importar a tasa del paralelo.

“El monopolio que significa Agropatria es una gran desgracia para el productor venezolano, aquí lo que hay es que permitir es que el resto de las empresas privadas, que de alguna manera importaban o producían insumos, que puedan trabajar. Hoy en día solo tenemos a un productor que gestiona con las divisas”, asevera.

 Otra consecuencia fundamental es la falta de maquinaria y repuestos, esto ha generado un cementerio maquinarias de trabajo. “Estamos trabajando con una maquinaria que tiene el 75 por ciento ya vencido en factura, y con 32 por ciento de su vida útil en cuanto a su procesamiento”,  afirmó el presidente de Fedeagro.

La otra posibilidad es que terminen de desplazar el control de cambio para que el venezolano no calcular sus costos en dólar DICOM cuando el productor pudo haber comprado a través del paralelo, esto ha imposibilitado a los privados que traigan los insumos o los repuestos. Día a día son suministradas la lista de insumos que necesita cada productor al ministerio de tierras. Pero no solo a Agropatria sino una diversidad de empresas que necesitan en el país.

Por otro lado, también ha incidido la inseguridad, la que ha alejado de los campos a los trabajadores reduciéndose las jornadas de siembra, cuidado y cosecha.

El esquema de trabajo que propone Fedagro incluye además la siembra de 30 mil hectáreas de caraota podría impactar 24 mil toneladas de producción, equivalente al 17,5 por ciento del consumo. En el caso del frijol, la siembra de 10 mil hectáreas aportaría 7.500 toneladas de producción, un  equivalentes al 12 por ciento del consumo.

La siembra de 30 mil hectáreas de soya, aportarían  54 mil toneladas, que pueden impactar el 31 por ciento en aceites, y para el consumo de animales. El Gobierno del presidente Nicolás Maduro aprobó en diciembre la importación de las semillas para una producción de 50 mil hectáreas, sin embargo, hasta la fecha no ha llegado el producto.

La falta de tecnología agrícola

Según Pestana, hay severas fallas en la adquisición de tecnología agrícola, esto se debe a que no solo el control de cambio -con más de una década-, y el monopolio de Agropatria, tienen cercada la producción nacional, si no que el desarrollo de semillas transgénicas está intrínsecamente prohibido, incluso su desarrollo como tecnología.

Quizás el mejor ejemplo de ello es el desarrollo de un tipo de semillas transgénica de lechoza en la Universidad de Los Andes, donde supuestamente radicales y fundamentalistas las quemaron.

Para Fedeagro un mercado cautivo es el del algodón, que funciona desde hace 21 años con la tecnología transgénica, incluso se ha desarrollado una variedad genérica. Esto mercado al que Venezuela no puede acceder por la falta de estimulo, y por la incapacidad de arriesgarse a la producción transgénica, tiene como resultado que no hay fabricación de telas en el país, incluso para los uniformes escolares.

Financiamiento en caída libre

En términos reales los productores agrícolas solo tienen una capacidad de financiamiento del 25 por ciento en comparación con lo que se tuvo en 2014. Esto se debe a que la inflación que avanza en corto tiempo aniquila las capacidades.

Tan solo la deuda de la república en papel es de 400 mil millones de bolívares, y tiene en 24 por ciento de encaje legal, cuando todo el mundo lo tiene en el 10 por ciento.  Pestana explica que la manera de recoger el dinero con los factores productivos es dándole recursos para que se puede traducir en producción.

Fedeagro afirma que  pareciera que las políticas del Gobierno están orientadas a generar un desestimulo en la producción nacional para poder justificar las importaciones de productos terminados. 

Aura Cumare

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