La feroz ambición del lobo del Wall Street

El lado oscuro del Wall Street, que podría verse como la falta de ética en los negocios, es una historia real que lleva al cine el director Martin Scorsese con la película El Lobo de Wall Street y que cuenta el ascenso y la caída del feroz neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo Di Caprio), un antiguo bróker o corredor de bolsa.

Belfort, el Lobo, apodo que recibió por parte de la revista Forbes, se hizo multimillonario muy joven, a los 26 años, y fue enviado a prisión por manipulación del mercado de valores y lavado de dinero, entre otros cargos. Perdió 200 millones de dólares de quienes, incrédulos y conducidos por la avaricia, invirtieron en acciones basura que él mismo les sugirió.

Pero a pesar de los traspiés, parece que su vida de excesos no ha terminado, pues hoy  a los 54 años está haciendo de nuevo dinero al vender su historia: todo un lobo al fin de cuentas. También es un consultor de lujo, o más bien aprovechó su fama y su conocimiento desde adentro del mundo bursátil para sacar dinero.

Lo cierto es que se trata de una historia que habla de cómo un ambicioso corredor de bolsas lavó dinero y cometió varios delitos relacionados con las altas finanzas. Una historia real que permitió la mejor interpretación del actor a Leonardo Di Caprio, que recibió una nominación al Oscar por su papel en la película.

“El Lobo de Wall Street” cuenta con cinco nominaciones a los premios Oscar: Mejor Película, Mejor Director (Scorsese), Mejor Actor Principal (DiCaprio) y Mejor Actor de Reparto (Jonah Hill), mientras que DiCaprio obtuvo el Globo de Oro como Mejor Actor Comedia o Musical.

“Jordan (…) Somos nosotros. Somos tú y yo, y si hemos nacido bajo diferentes circunstancias, tal vez nos hemos irritado al cometer los mismos errores, y elecciones y haciendo exactamente las mismas cosas. Me interesa reconocer aquella parte de estos personajes que llevamos dentro porque forma parte de nuestra humanidad, y tenemos que lidiar con eso”, añade el cineasta Martin Scorsese.

Por su parte, Belfort vive ahora en un hogar modesto, un piso de tres habitaciones en un área relativamente barata de Los Ángeles, y de los viejos tiempos sólo conserva un reloj Bulgari de 9.000 libras y el cuadro que tenía en el dormitorio de su antiguo yate.

El lobo nació en un barrio del Bronx de Nueva York, creció en un hogar judío y se gradúo de biólogo, luego ingresó a unas cátedras de odontología, pero al ver que no se haría millonario, más tarde ingreso como corredor al Wall Street.

¿Qué cuenta la historia?

Según el film, que ya está en las salas de Venezuela, cuenta cuando Belfort decide trabajar en Wall Street en la firma de Mark Hanna (Matthew McConaughey), el cual le aconseja sobre cómo vivir en Wall Street: drogas y sexo con prostitutas. Una vez obtiene su licencia de corredor de bolsa, Belfort pierde su puesto de trabajo: la compañía para la que trabaja cae en fallida, después del conocido lunes negro.

Pero, Belfort aconsejado por su mujer (Cristin Milioti), acude a una pequeña compañía en Long Island que vende acciones de bolsa a pequeñas empresas. Él decide aplicar sus conocimientos y gana muchísimo dinero. Tanto que llama la atención de su vecino Donnie Azoff (Jonah Hill), el cual decide dejar su puesto de trabajo y ser su ayudante. Pronto deciden abrir su propia empresa de brokers: Stratton Oakmont. Y contratan a antiguos compañeros de Belfort y a conocidos de Donnie. Stratton Oakmont no tarda en facturar mil millones de dólares, él es entrevistado por la revista Forbes y consigue un apodo: el lobo de Wall Street. Contrata, además, a sus padres Mad Max (Rob Reiner) y Leah Belfort (Brisa Lerma) como contables.

Pero, lejos de tener una vida ejemplar, Belfort y sus empleados organizan orgías en las que el alcohol y las drogas no cesan. En una fiesta organizada en su mansión de la playa, el protagonista conoce a la modelo Naomi Lapaglia (Margot Robbie) y se obsesiona con ella. Su matrimonio finaliza cuando su mujer le descubre siéndole infiel con la modelo y Belfort decide casarse con Naomi. Los años pasan y él, ya adicto a drogas, se convierte en padre de dos hijos.

Pero, el agente del FBI Patrick Denham (Kyle Chandler) sospecha de Jordan Belfort y de la empresa Stratton Oakmont. Belfort descubre que está siendo investigado y sigue el consejo de uno de sus socios: ingresar su dinero en una cuenta de un banco suizo. Concretamente, el banco de Jean-Jacques Saurel (Jean Dujardin). Éste le aconseja de que el titular de la cuenta no sea él mismo, si no alguien de confianza. En ese caso, si el FBI le investiga, no descubrirá dicha cuenta. La escogida es la tía de su mujer (Joanna Lumley), junto a la que otro pequeño número de personas ingresaran los billetes en dicho banco.

Cuando la tía de Naomi fallece, Belfort ve peligrar los veinte millones de dólares que hay en la cuenta del banco suizo. Drogado en su yate, junto a su amigo Donnie, su mujer y la mujer de éste, Belfort decide dar orden de navegar a Mónaco y de ahí conducir a Suiza para hablar con Saurel. El capitán del barco no recomienda lo mismo: la mar está picada y es peligroso. Pero, Belfort está drogado, no hace caso al capitán y le da la orden de navegar. Lamentablemente, el yate se hunde y Belfort comprende que ha puesto la vida en peligro de su familia y amigos, así como la suya propia y decide dejar de drogarse.

Pero, es demasiado tarde. Eso no arreglará nada: el banquero suizo ha declarado contra él y el FBI le ofrece un último pacto. Un pacto que reducirá su condena de veinte a tres años en prisión. Un pacto que consiste en delatar a sus amigos. Belfort acepta, pero no tiene intención de denunciar a sus amigos. Por si fuera poco, su segunda mujer, cansada de sus infidelidades y de su consumo de drogas, decide divorciarse.

Finalmente, el FBI descubre las trampas de Belfort y es detenido. Una vez cumplida su condena, Belfort decide dedicarse a dar conferencias para enseñar sus conocimientos de bolsa. Y todo empieza con una propuesta: “véndeme este bolígrafo”.