Análisis: Venezuela pierde la batalla contra la inflación
Que Venezuela es hoy el país con la mayor tasa de inflación en el mundo, es un hecho desde hace dos años, que ha desembocado en una disminución considerable del poder adquisitivo de los venezolanos, acompañado de un deterioro importante del bolívar, la moneda. El acelerado avance de la inflación en el país genera fuerte presión en la dinámica del cono monetario -conjunto de monedas y billetes que circulan en la economía-, el cual actualmente luce insuficiente por los altos precios de los productos y servicios.
La población también padece de los males de la estanflación causada por altos y constantes aumentos de precios y de una economía en recesión. La esperanza de que en algo mejore la situación en el país pasa por la adopción de medidas idóneas, haya un cambio en la política económica del gobierno y que mejore los precios del petróleo.
Si todos estos temas se llevan a cabo, la credibilidad aumentará al observarse que la crisis económica comenzó a ser bien atendida, sin embargo, el retraso en la ejecución de los ajustes hace que en el 2016 la batalla contra la inflación también se perderá y Venezuela cerrará por tercer año consecutivo con tres dígitos en su índice inflacionario. Además de una caída del Producto Interno Bruto (PIB). Sin contar con la impresión de toneladas de billetes por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), dentro y fuera del país.
La estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 700% para la tasa de inflación en Venezuela, es hasta ahora, la previsión más preocupante. Mientras que la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) prevé una significativa baja de 7% del PIB durante este año.
“La inflación indudablemente será alta este año, pero se debe hacer lo necesario para revertir esta tendencia. ¿Cómo? Que no haya financiamiento monetario, que el presupuesto se planee como debe ser desde el principio, que el Fonden (Fondo de Desarrollo Nacional) no siga recibiendo divisas de las reservas internacionales, entre otros. Sin duda este año está perdido para la inflación, pero sin duda aún se puede hacer algo para comenzar a controlarla”, afirmó el economista Ronald Balza, profesor de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad Católica Andrés Bello.
Como muchos reitera que es hora de actuar. “Mientras el gobierno más se tarde, mayores serán las brechas que tiene que cerrar después”.
Analistas económicos aliados o no del Gobierno, representantes de bancas de inversión, empresarios venezolanos y hasta diputados del oficialismo, aseguraron que el 2014 era el año para aplicar ajustes. La ausencia de elecciones y el inicio de la baja en la cotización del crudo eran indicios de que podrían llevarse a cabo. Durante ese periodo se comenzó a debatir desde el mismo gabinete económico y el Ejecutivo la necesidad de aumentar el precio de la gasolina, así como de la unificación cambiaria. No obstante, todo quedó en propagandas de televisión y en declaraciones aisladas. La puesta en marcha de un plan de recuperación económica para 2015 tampoco dio resultados positivos.
José Manuel Puente, profesor del IESA y de la Universidad de Oxford, coincide en que Venezuela puede cerrar un tercer año con alta inflación. “En el 2016 lamentablemente como no se han tomado medidas que ataquen esta situación, vamos a ver tasas iguales o superiores a los últimos años. Pero se hagan o no los ajustes, este a año está perdido para la inflación y el crecimiento económico”.
Recordó que en ciclos de contracción, inflación y escasez la responsabilidad directa es del Gobierno. Es por ello el reclamo de todos los actores del país en la pronta ejecución de las medidas. “El drama que vive Venezuela es que tiene la inflación más alta del mundo sin aun haber ejecutado una sinceración de precios, del tipo de cambio paralelo y sin haber incrementado la gasolina. Antes de que las cosas se pongan mejor, se van a poner peor, porque la respuesta necesaria a estos ajustes será un brote inflacionario y recesivo por un año, en un segundo y tercer año, la inflación comenzara a bajar y la economía a reactivarse”.
Para el economista Gustavo Rojas, director de la consultora privada Polinomics, es posible frenar la inflación este año a pesar de toda la situación adversa. Fundamentalmente –dice- si se efectúan medidas por la vía de la política monetaria para dejar de financiar el déficit fiscal.
“En términos de inflación si se frena el crecimiento de liquidez, podrá haber algún efecto sobre este indicador. Por eso es necesario un plan completo, si no es así, veo muy difícil que se pueda evitar una alta inflación y el deterioro económico. Si el gobierno persiste en un mayor gasto público, indudablemente impactara en el indicador y ese es el temor del FMI, que pronosticó para el país una tasa de 700% para este año. Estamos en un nivel en que proyectar la inflación se hace absolutamente difícil’, apuntó Rojas.
Al economista le preocupa que desde diciembre y hasta enero no hubo reportes de barcos ingresando al país cargado de bienes, lo que a su juicio esta situación hace que “se vea muy crítico el panorama en cuanto a abastecimiento”, lo que también tendrá impacto en el incremento de los precios.
“Es prioritario atender esta situación. La inflación es una máquina de hacer pobres, porque el ingreso se destruye rápidamente”, sostuvo Rojas.
Héctor García Larralde, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, asegura que “el peor mal de Venezuela es la inflación’ y que si no se “toman medidas ya”, continuará su ascenso en 2016. Explica que la inflación ha llevado a un gran deterioro del ingreso, que no hay manera de que el salario se ponga a la par de los actuales niveles de precios.
“Los salarios se han rezagado, el empobrecimiento de los venezolanos es lo que caracteriza que estamos en un proceso hiperinflacionario desbocado. La hiperinflación ocurre cuando todo se indexa, cuando además del desbordamiento monetario, se indexa a los salarios. Hay que resolver inmediatamente el problema de la inflación”, afirma.
Las leyes y el gasto
Las acciones iniciales del gabinete del presidente Nicolás Maduro, planteadas en las reuniones del Consejo Nacional de Economía Productiva hasta finales de enero, han sido tímidas y no han estado relacionadas para solventar los grandes desequilibrios macroeconómicos, destacan los analistas. Luego de dos años de Ley Habilitante, a finales de 2015 se aprobaron reformas de algunas leyes que a juicio de los consultados empeoraran el panorama económico en 2016, ya que la motivación para las modificaciones se basó por razones políticas y no por principios económicos.
La reforma a la Ley del Banco Central de Venezuela y a la Ley de Administración Publica y Financiera, son ejemplos, de ello. Con estos instrumentos legales la Asamblea Nacional no tendrá control sobre el BCV ni sobre el gasto extraordinario del Ejecutivo. Otras normas legales como la modificación de la Ley del Impuesto sobre la Renta y la nueva Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras buscan incrementar los recursos públicos vía recaudación tributaria interna.
Una de las causas del alza de la inflación ha sido el financiamiento monetario del déficit que ha conllevado a una alta liquidez, así como el incremento de los recursos públicos. Para 2016 pareciera que el Ejecutivo no tiene intenciones de disminuir su gasto, según lo esgrimido por el presidente Maduro que ha asegurado continuar con los planes de construcción de viviendas y el financiamiento de las misiones. Mientras crea seis nuevos ministerios en año de bajos ingresos petroleros.
Ronald Balza sostiene –no obstante- que es inevitable que el gasto en términos reales caiga a pesar de que el Gobierno aumente el gasto nominal. “El Ejecutivo no ha hecho nada para mejorar la situación sino que se ha ido hacia atrás, con la aprobación de las leyes habilitantes que le deja una gran arbitrariedad en la determinación de los créditos adicionales, en la determinación de los impuestos y en lo relativo al BCV. Eso sin contar en que ahora la Asamblea Nacional tendrá que ocupar su tiempo en revertir todas esas leyes”.
Cree que el Gobierno deber estar reorganizando el presupuesto de la Nación para saber que solicitudes enviará al Parlamento como créditos adicionales, y que seguramente serán los relacionados a aumentos salariales y pensiones.
“El gasto nominal va a crecer sustancialmente con respecto al presupuesto porque va a ver una devaluación, por el aumento de la gasolina, que van a generar incrementos en bolívares. Pero la inflación terminará disolviendo el poder de compra de estos bolívares’, dijo Balza.
Gustavo Rojas coincide en que las señales que ha enviado el Gobierno han sido muy negativas. “Reformó algunas leyes como la del BCV y escogió un equipo económico con muy pocas credenciales para enfrentar la crisis, luego solicitó un decreto de emergencia económica con el que perseguía contar con más poder para seguir cometiendo los mismos errores. Además lo que ha anunciado hasta ahora pareciera que estuvieran perdidos con respecto a la grave crisis del país o prefieren hacerse los locos y no enfrentar la realidad”.
Para José Manuel Puente la inflación se ha desbocado por varios factores, pero principalmente por la inconsistencia entre lo monetario y lo fiscal. Explicó que el gobierno ha estado inyectando en los últimos dos años por vía fiscal y cuasi fiscal importantes recursos que ha impactado la liquidez, y ante un Banco Central que no está absorbiendo esos excedentes ha tenido presiones sobre los precios y sobre el paralelo.
“Este año ante los menores recursos podría ser paradójicamente un factor que pudiera suavizar algo los índices inflacionarios, al hacer un menor gasto. Sin embargo, a pesar de ello la inflación cerrará nuevamente el 2016 con una tasa de tres dígitos y la más alta de América Latina y del mundo. Formalmente los créditos adicionales tienen que ser aprobados por la Asamblea, pero el gobierno ha buscado mecanismos para aprobar gastos adicionales por vías diferentes a las oficiales, como los fondos paralelos. El control que pueda ejercer la AN sería positivo pero la política económica es totalmente manejado por el gobierno por lo que el manejo del parlamento en este caso es limitado”.
Medidas y auxilio financiero
Todos los analistas coinciden en que es necesario un plan coherente e integral para resolver los desequilibrios macroeconómicos, y a su vez que vengan acompañados de medidas de protección para los venezolanos de menores recursos. La búsqueda de financiamiento externo es primordial, porque mientras no existan reservas internacionales suficientes, cualquier programa de recuperación tendrá resultados a medias.
“Hay medidas que atacan varios problemas simultáneamente. Pero tienen que ser constantes en el tiempo para que sean creíbles y creen un ambiente en el cual haya inversión interna. Si las medidas son parciales no reducen la inflación aunque estimules la producción a algunas empresas. Con el plan de compras públicas, por ejemplo, se estimularan a algunas empresas o sectores productivos y a otras no”, resalta Balza.
Medidas como el alza de la gasolina y la devaluación que pueden ser positivas para paliar la crisis debieron tomarse hace mucho tiempo, afirma Rojas, director de Polinomics. “A estas medidas les llegó el momento de ‘muy poco y muy tarde’, y hoy en día la magnitud de la crisis obliga a tomar mucho más medidas porque ya el problema de déficit fiscal no se resuelve con una devaluación, ya que hay una ausencia de dólares que llevara a la economía en términos de crecimiento este año con una caída de entre 8% y 10%. La caída va ser brutal y con esto tendríamos 12 trimestres consecutivos en negativo”.
Ante la baja de los recursos petroleros, Venezuela requiere de acciones para aumentar sus ingresos, pero especialmente en divisas. Hasta ahora el Gobierno no ha querido utilizar la ayuda de organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF), apoyado en su relación financiera con el gobierno de China. Fuentes de la industria petrolera señalan que el Gobierno estaría tramitando otro tramo del Fondo Chino por 15 mil millones de dólares, pero muchos dudan que pueda ejecutarse este año.
“Obviamente el problema más grande que tiene Venezuela es la falta de divisas por la caída del ingreso petrolero, porque el país debe hacer importantes pagos de deuda externa, porque el aparato productivo está destruido y se debe importar. Es decir, esta situación pone al gobierno en una disyuntiva, o cae en default o deja de comprar alimentos. Venezuela necesita una ayuda financiera a través del FMI y poder así ejecutar los ajustes macroeconómicos con suficientes recursos en divisas en las reservas internacionales. Esto que podría darle cierto grado de credibilidad en los planes que emprenda”, sostiene Rojas.
García Larralde coincide en que es prioritaria la búsqueda del financiamiento externo. “No es posible hacer un ajuste en el corto plazo sin asistencia internacional. De este modo se garantizaría el pago a los proveedores y de deuda externa”.
Una disyuntiva es el tema de los controles, ya que la discusión se centra en si se debería levantar totalmente o de manera gradual. Pero en lo que si hay consenso es en que se haga o no, la inflación repuntará por igual en 2016.
“Creo que los controles no se pueden eliminar súbitamente, debe ser gradual, hay algunos precios que se deben mantener. Todos creen que si quita los controles todo sube, pero la inflación aumenta porque los controles son rígidos”, recuerda Balza.
Lo que considera más importante el economista es que “se deben hacer transferencias hacia los sistema de beneficios para la población, incluso antes de aumentar la gasolina o devaluar”.
Hay consenso en que una de las principales trabas para la economía son los controles de precio y de cambio, pero para levantar estas regulaciones, es necesario contar con una alta credibilidad, resalta Rojas. “Se pueden ajustar algunos precios pero no tendrá mayor impacto porque no hay divisas ni capacidad productiva”.
García Larralde considera que se deben liberar los precios en condiciones de competencia y coincide en que se tienen que aplicar subsidios mientras se hacen los ajustes y se reactiva el aparato productivo, genere empleo productivo y una remuneración adecuada.
El presidente de la Academia de Ciencias Económicas cierra con un comentario esperanzador. “Si el gobierno toma las medidas adecuadas, entre ellos el ajuste macroeconómico con financiamiento externo, el levantamiento de los controles, coloque un precio a la divisa de equilibrio que le permita al empresario importar maquinaria e insumos y se sincere el precio de la gasolina, una economía como la nuestra responde inmediatamente”.
Mientras que el presidente de Polinomics agrega que es importante ofrecer credibilidad para llevar a cabo las medidas, “que la gente sienta que los ajustes son para bien”.
Analistas afirman que ante el avance de la inflación tendrían que desaparecer los papeles de Bs 2, Bs 5, Bs 10 y Bs 20, e introducir los de Bs 200, Bs 500, Bs 1.000 y Bs 2 mil 500; al tiempo que se mantienen los de Bs 50 y Bs 100. En las monedas entrarían las de Bs 2,5; Bs 5; Bs 10 y Bs 25.
Medidas agresivas
Para la firma Nomura, el Gobierno del presidente Nicolás Maduro debe tomar medidas agresivas y ambiciosas para enfrentar la crisis y evitar un posible default. “Si el proceso de ajuste económico comienza antes, esto podría cambiar la percepción del país, pero no es posible que reduzca el déficit de financiamiento, sin una revisión completa de las políticas económicas y sin asistencia multilateral o incluso internacional”.
Por su parte la banca de inversión Bank of America Merril Lynch señala que las medidas serían insuficientes para hacer frente a la actual crisis de liquidez. Aunque los precios del petróleo se recuperen continuará la crisis económica en Venezuela.“Esperamos que el país continúe haciendo esfuerzos para honrar obligaciones internacionales”.
Señalan que los ingresos petroleros caerían a 22.000 millones de dólares, apenas suficiente para cubrir algunos intereses de deuda.
Bofa señala que la contracción de las importaciones será mayor independiente del ajuste. En el 2015 la contracción fue alrededor de un 45%. “Representantes del sector privado sugieren que estamos viendo una contracción mayor, con unos inventarios que alcanzan niveles críticos”.
“La escasez puede alcanzar niveles que podrían hacer ver el 2015 como un tiempo de abundancia”, dice el informe.
Por Ahiana Figueroa
redaccion@dinero.com.ve
El artículo completo puede leerlo en la edición 302 de la revista impresa de DINERO disponible en todo el país.
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