Emprender siempre es una opción
Por necesidad o por oportunidad, los venezolanos están dispuestos a iniciar su negocio propio. Cada año alrededor de tres millones de personas inician una empresa, pero apenas 200 mil logran mantener su iniciativa por más de tres años y medio. Esta es la realidad nacional del emprendimiento en el país.
Aunque Venezuela se destaca por su vocación emprendedora en relación a otros países, los niveles de mortalidad de las empresas son muy altos (solo 1,5 por ciento superan los 3,5 años de vida), según revela el Monitor Global de Emprendimiento. Las causas están vinculadas al exceso de burocracia para legalizar los negocios, falta de capacitación del emprendedor, pocas fuentes de financiamiento y temor a perder el derecho a la propiedad intelectual.
Aún así el venezolano es emprendedor, confía en sus capacidades y se arriesga. No en vano, Venezuela supera a países como Estados Unidos, Japón y España, que manejan niveles de emprendimiento de 6 por ciento, 2 por ciento y 5 por ciento, respectivamente. Mientras que en Venezuela es del 20.
Aramis Rodríguez, profesor del Centro de Emprendedores del IESA, explica que estos altos niveles de emprendimiento no se traducen automáticamente en aspectos positivos debido a que “mucha gente que sale a la calle lo hace porque no tiene trabajo y se ve obligado a emprender”. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que “el venezolano tiene mucha chispa y seguridad en sí mismo y por eso se le hace fácil arriesgarse”.
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