Opinión: Una historia varias veces contada
La economía venezolana ha presentado una característica peculiar a lo largo de aproximadamente 200 años. A diferencia de otras economías, la nuestra se basa en actividades de monoexportación, hecho conocido por los venezolanos de generación en generación. Nuestra economía al igual que otras pocas similares depende casi exclusivamente de las exportaciones de Hidrocarburos (95% de las exportaciones totales aproximadamente) y es diferente de otros países con exportaciones diversificadas como Colombia y Brasil, en la actualidad.
El hecho de ser un país monoexportador nos inserta de forma brusca con el acontecer del mercado mundial del monoproducto exportado, y que en los últimos años ha marcado nuestro desempeño.
Anteriormente, fue el cuero, después el cacao y el café, y desde hace 100 años aproximadamente, es el petróleo. Lo que cambia es solo el protagonista, pero el libreto es el mismo, este hecho con el cual hemos vivido generaciones de venezolanos ha configurado por su parte un efecto sobre nuestra cultura, moldeada por las ineludibles variaciones de los mercados internacionales en los cuales nuestro producto de turno ha tenido que participar. Haciéndonos sentir dichosos inexplicablemente en los procesos de incremento de exportaciones (“boom”), y muy desdichados cuando esos mismos mercados revierten su trayectoria. En este último caso se producen frustraciones colectivas que conllevan a comportamientos patológicos de las sociedades y que los sociólogos suelen llamar anomias.
Si se analiza técnicamente la economía venezolana en estos últimos 170 años, es posible observar la lección de lo anteriormente mencionado. La historia se ha repetido varias veces con el inicio de un “Boom de exportación” que abarca una serie de años, que culmina con el origen de un proceso de recesión económica que produce cambios en los hechos políticos y sociales asociados en la mala situación económica del país en esos periodos, y que ha desembocado en crisis Deuda Externa, Bancaria, y controles cambiarios, dando origen a un descontento popular, conflictos políticos, violencia callejera y el deseo colectivo de buscar gobernantes que hayan tenido experiencia anterior.
En los periodos de bonanza económica se evidencia un incremento en la construcción de obras públicas, la introducción de nueva tecnología y una paz social generalizada.
Cabe destacar en el análisis, el efecto de lo que llamaríamos hoy la globalización, los cambios positivos y negativos que inexplicablemente aparecen para la población, hacen pensar ingenuamente a esta, que se debe a los oficios del gobernante de turno.
Nuestra historia económica ha estado sazonada de estos ciclos expansivos y recesivos, de esta volatilidad.
Luego de la actual coyuntura recesiva, es probable que se vuelva a repetir otro “boom de exportación” como en anteriores oportunidades, pero las próximas generaciones van a seguir viviendo y soportando la fuerza brusca de los cambios cíclicos sin haber aprendido la lección. Es por ello que es menester corregir esa anomalía de nuestra economía y no es otra que llevar adelante un plan de ajuste estructural macroeconómico que permita diversificar las exportaciones, permitiendo al sector privado tener una mayor presencia, redimensionamiento del Estado para que se dedique a las áreas básicas que debe atender. Pero indiscutiblemente, que un plan con estas características implica el compromiso de una generación de venezolanos, porque los resultados trascienden periodos de corto plazo. Al fin es solo cuestión de decisión; se puede dejar las cosas como están y seguir condenados los venezolanos del futuro a los vaivenes descritos, o llevar adelante a partir de hoy un correctivo que permita al cabo de varios años estabilizar la economía y tener un crecimiento estable sostenido.
El Autor
Tomás Socías López
Analista Económico y Político e Internacionalista.
- Mail, TsociasL@gmail.com -Twitter: @TsociasL
- Instagram, Facebook. Telegram y Linkedin: @tomassociasoficial
- También en Instagram: @tomassocias
Tomando el pulso
Lo + Leído
Del total de participantes, el 85% considera que es una medida negativa y por lo tanto respondió estar en contra; mientras que el 15% sí apoya este tipo de acciones.
La mayoría opinó que el Sicad 2 no podrá satisfacer la demanda total de los dólares que necesita el mercado nacional.
Gold Reserve, una pequeña minera canadiense que intenta cobrar una indemnización de 750 millones de dólares a Venezuela, tiene en la mira los activos del país petrolero en el extranjero, una estrategi