La dulce espera
La situación del mercado cambiario es crítica; la mayor evidencia es el nivel actual del diferencial cambiario (la diferencia entre la tasa de cambio oficial y el tipo de cambio no oficial) que se ubica en un nivel superior al 650%. El nivel más alto desde que está vigente este control de cambio (2003). Esto genera serias distorsiones en el mecanismo de fijación de precios al afectar negativamente la inflación, el nivel de inventarios y la operatividad de las empresas; además de la incertidumbre respecto a qué acciones tomar y los incentivos perversos a la corrupción.
La tarea que tiene por delante el equipo económico, es reducir esta brecha; pero hasta ahora no se han tomado medidas en este sentido. Peor aún, se han tomado decisiones que han contribuido a exacerbar la presión en el mercado cambiario. La más destacada de ella es el diseño del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) en su relanzamiento el mes de julio pasado que establece una tasa de cambio poco competitiva que exacerba la demanda de divisas. Adicionalmente, las reglas de juego son bastante restrictivas, el mecanismo de asignación poco claro y no corresponde al concepto de “subasta”, a pesar de que las autoridades insisten en darles esta categoría.
Hasta el momento de escribir este artículo no se han tomado decisiones importantes en materia de política cambiaria, más allá de los rumores de posibles planes. Si bien Cadivi logró mejorar su desempeño en el trimestre mayo-julio, las liquidaciones han vuelto a caer y las subastas del Sicad lucen insuficientes. Como consecuencia, el tipo de cambio no oficial ha seguido su escalada. En lo que va de año se ha depreciado más de 170% y en el último mes lo ha hecho 21%. La tasa de depreciación promedio mensual en lo que va de 2013 se ubica en 188,2%, lo que contrasta con el nivel exhibido en 2012 (4,0%) y 2011 (19,2%).
Desde que el chavismo está en el poder, no puede separarse la economía de la dinámica electoral y de poder. Para el chavismo, lo que pudiese definirse como política económica está supeditado al mantenimiento o acumulación de poder; por ende, las elecciones de diciembre próximo condicionan la toma de decisiones. La política cambiaria no escapa de esto.
En Ecoanalítica consideramos que durante estos últimos dos meses no habrá decisiones trascendentales en materia económica; a pesar de que se prevén decisiones en materia cambiaria, estas se aplicarán en su plenitud el año entrante.
La actuación en el ámbito cambiario en lo que resta del año puede resumirse en:
-El Estado continuará incrementando las importaciones. En el primer semestre, en base interanual, las importaciones públicas subieron 15,1%, mientras que las privadas cayeron 7,5%. Adicionalmente, el Estado viene participando de forma importante en la comercialización de bienes y servicios; especialmente en el área de telecomunicaciones, vehículos, medicinas y, más recientemente, alimentos.
-El grueso de las divisas para el sector privado seguirá canalizándose vía Cadivi con un promedio de liquidación diaria entre US$90 millones y US$100 millones. Para este año, estimamos que las importaciones privadas vía Cadivi representen un 36% del total.
-Por su parte, el mecanismo del Sicad terminará financiando apenas 5,6% del total de las importaciones. Para el Sicad el tipo de cambio se moverá entre VEB 10,0/US$ y VEB 11,5/US$, con lo cual sigue la presión en la demanda.
-Mantenemos nuestro estimado de que Pdvsa y la República pueden realizar en el último bimestre una emisión de deuda externa por US$3.000 millones para aliviar las presiones en el mercado cambiario.
En resumen, en lo que queda de año tendremos un escenario de status quo, donde el Gobierno intentará correr la arruga y minimizar las repercusiones políticas de las acciones que tome.
Después de las elecciones del 8 de diciembre (8D), se abre la caja de Pandora. En primer lugar, en Ecoanalítica prevemos un ajuste en la tasa de cambio oficial de VEB 6,3/US$ a VEB 9,3/US$, es decir, sería una devaluación de 47,6%. Estimamos que este ajuste puede darse a finales de este año o principios del próximo.
Respecto al mercado no oficial, la información que manejamos es que el Ministerio de Finanzas, BCV y otros entes (como el Fonden y la banca pública) están trabajando en lo que sería un nuevo mercado cambiario de divisas. Para que se reestablezca nuevamente un mercado de este tipo hace falta reformar algunas leyes, especialmente, la Ley contra Ilícitos Cambiarios y la Ley de Mercado de Capitales. Esto puede hacerse por la vía legislativa o mediante una Ley Habilitante.
El mercado paralelo de divisas tendrá un efecto temporal, si no se toman medidas adicionales para modificar la política macroeconómica. Nuestra principal preocupación es que se maneje como una medida aislada, lo que puede limitar su permanencia a mediano y largo plazo.
El Autor
Asdrúbal Oliveros es el director de la firma Ecoanalítica
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