Venezuela vivió un 2015 demoledor, enfrentará un 2016 más difícil
La economía no tiene medias tintas, sobre todo cuando hay tendencias irreversibles, por eso DINERO en el primer trimestre de 2015 alertó que las tendencias mostraban una alta inflación con un bajo crecimiento económico y un control cambiario que cada vez ocasiona más desequilibrios en la economía.
Para 2015 las proyecciones macroeconómicas no resultaban muy halagadoras, debido a la caída de los precios del petróleo, así como la creciente dependencia de las importaciones y la disminución de la producción interna. Y así cerró el país, con una inflación anual de 180,9% y con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 5,7%, según el Banco Central de Venezuela (BCV).
El economista Alejandro Grisanti, ex jefe de investigación para América Latina de Barclays Capital predijo que los “12 meses (2015) serían peores que en 2014, y que el sector privado será uno de los principales afectados”, y no se equivocó. La escasez de materias primas, producto del impago a los proveedores por falta de divisas, fue la principal causa de desabastecimiento.
Grisanti para 2015 creía que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro está “entrampado en un modelo económico fallido” y que esta situación se empeora “por la mala situación de PDVSA”. Advierte que la situación es más grave de lo que muchos piensan y aseguró que los años de mayor endeudamiento y despilfarro fueron entre 2009 y 2014.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tampoco auguraba un buen escenario. Dentro de sus cálculos, el peor panorama en Latinoamérica lo tendrá Venezuela, cuya economía se contraería un 3% en el 2014 y tendrá un crecimiento negativo del 1% en 2015; además estimaban que se agudizará la inflación a 62,9 %, lastimosamente esa cifra se quedó corta ante 180,9%.
El diputado por el PSUV, Ramón Lobo y miembro de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, aseguraba en primer trimestre de 2015 que el Gobierno reconocía las distorsiones económicas generadas en los últimos dos años, pero confiaba que habría una recuperación económica”, y prometía que la inflación y la escasez se reducirían.
Para lograrlo explicaba que “se debe incentivaría la producción nacional y flexibilizaría el mecanismo de asignación de divisas”. Aseguraba que el Gobierno estaba trabajando en esa materia. Para Lobo, otro de los retos del Ejecutivo era mejorar la incertidumbre “que de manera constante tienen en contra del país para perjudicar el desarrollo de la economía”.
Resaltaba que el control de cambio se debía mantener “porque las divisas deben ser asignadas en función de lo que requiere el país para potenciar determinados sectores productivos”. Destacaba para la fecha que el Gobierno debía entregar las divisas de manera oportuna para adquirir a tiempo las materias primas. Sin embargo, los objetivos no se lograron.
2015 fue un año sombrío por las políticas económicas fallidas, Venezuela alcanzó una inflación de 180,9% y el PIB cayó 5,7%, según datos de Banco Central de Venezuela.
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