ONU exige autopsia del capitán Rafael Acosta con "estándares internacionales"

La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michel Bachelet, dijo que está "conmocionada" por la presunta tortura al capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, mientras estaba bajo detenido bajo la responsabilidad de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim).

"Estoy conmocionada por la presunta tortura del capitán Acosta Arévalo y porque al trato que fue sometido mientras estaba en custodia puede haber sido la causa de su muerte. Recuerdo a las autoridades venezolanas que son responsables de la vida, y de la integridad física y psicológica de todas las personas privadas de libertad", dijo la funcionaria, citada en un comunicado.

La funcionaria dijo que se deben adoptar medidas para prevenir la reincidencia de la tortura y otros malos tratos de personas bajo custodia del Estado.

"Urjo a la autoridades a llevar a cabo una profunda investigación -incluyendo una autopsia que siga los estándares internacionales- que sea independiente y transparente. Esto es esencial para arrojar luz  no sólo sobre lo que ocurrió con él, sino también para facilitar que se lleve ante la justicia a los responsables de su muerte", agregó.

También se refirió a la fecha de la detención del militar el 21 de junio por hombres armados sin identificar y estuvo desaparecido durante 7 días, lo que constituye una "desaparición forzada prohibida bajo la ley internacional".

La funcionaria lamentó que la Fiscalía no se le haya imputado los cargos de tortura a los dos funcionarios de la Dgcim que fueron detenidos, según la información que recibió.

"También llamo a las autoridades venezolanas para que permitan a los seis militares y exoficiales de seguridad detenidos junto al capitán Acosta Arévalo recibir visitas de sus abogados y familiares, que se asegure que sean tratados con humanidad y dignidad, y que eviten que sufran torturas y otras formas de maltrato", afirmó Bachelet.

Los familiares del militar y defensores de derechos humanos denunciaron su muerte el fin de semana tras recibir fuertes torturas mientras se encontraba bajo custodia de funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar. El capitán había sido llevado para su presentación en un tribunal en una silla de ruedas. Allí le pidió auxilio a su abogado y de inmediato por solicitud del juez, fue trasladado a un hospital.

El jefe de la Asamblea Nacional y presidente encargado, Juan Guaidó, tras proclamarse en enero, dijo que el capitán perdió su vida a consecuencia de las "terribles torturas".

"No cesaremos hasta aclarar la verdad de este caso", expresó Guaidó en un comunicado.

Por su parte, el gobierno, el ministerio de la Defensa y la fiscalía emitieron un comunicado en el que dijeron que investigarán el caso.