Análisis: Los mitos detrás del default de Venezuela
Pese a que la ausencia de reformas económicas y las señales contradictorias que continúa enviando del Ejecutivo han encendido nuevamente las alarmas del mercado, la mayoría de los economistas confían en que dentro del Gobierno existe una fuerte voluntad de pago de la deuda externa. No hacerlo simplemente es demasiado costoso.
La República y Pdvsa entraron este año en uno de los períodos más duros en cuanto a servicio de deuda. En octubre y noviembre, deben pagar más de 5.000 millones de dólares entre intereses y capital, de los cuales la mayor parte corresponde a la petrolera. El año que viene será igual de difícil: los pagos ascienden a más de 10.000 millones de dólares.
Según las cifras de la firma internacional Bank of America, entre 2015 y 2017 el país debe apartar 30.873 millones de dólares para servir su deuda externa, incluyendo de la PDVSA.
Estos compromisos presionan al Gobierno a hacer ajustes en la economía, dependiente en 96% de los vaivenes del mercado petrolero. El problema es que los cambios necesarios, que pasan por la reforma del esquema cambiario y el saneamiento de las cuentas fiscales, son un golpe a la popularidad del Gobierno en pleno año electoral.
Por esta razón, el Ejecutivo ha recurrido a un cuidadoso “plan B”, que consiste en una mezcla de liquidación de activos, financiamiento de China y un programa de recompra de bonos que parece haber impresionado al mercado. Esto, según los analistas y firmas de inversión consultados, permitirá cubrir los pagos de 2015. No obstante, también consideran que esta estrategia se agotará en 2016 y, si el Gobierno no cambia sus maneras, las posibilidades de un evento crediticio se incrementarán sustancialmente el año que viene.
Pero, ¿qué tan real es el riesgo de que el país no pague su deuda?.
Para la banca de inversión Barclays, Venezuela cuenta con una posición de activos lo suficientemente buena como para garantizar el servicio de la deuda en los próximos 7 meses.
“Desde una perspectiva a largo plazo, el riesgo de que Venezuela entre en default dependerá principalmente de tres factores: los precios del petróleo, los desembolsos de China y la capacidad de las autoridades de ajustar”, señala un informe divulgado el 18 de agosto.
En este sentido, la firma sostiene que si los precios del barril de crudo Brent, de referencia en los mercados europeos, se mantienen en 50 dólares, los flujos de efectivo no serían suficientes para asegurar los recursos para el pago de compromisos. Esto obliga al gobierno a realizar reformas estructurales en la economía y asegurar fuentes alternativas de financiamiento.
La firma Banctrust asevera, en un reporte publicado a finales de julio, que Venezuela tiene la suficiente cantidad de activos y acceso a fuentes adicionales de financiamiento para cubrir los pasivos de 2016, al menos hasta el pago del VEN16. No obstante, reconoce que si el precio promedio de la cesta venezolana cierra el año por debajo de los 50 dólares y la cotización del oro continúa su tendencia a la baja, el año que viene será mucho más complicado.
Coincide con Barclays en que la continuidad del apoyo de China es vital, y afirma que el gigante asiático no permitirá que Venezuela “caiga tan fácilmente”. “Beijing parece estar enfocado en un criterio de largo plazo cuando echa un vistazo a las reservas de crudo más grandes del mundo”, señala una nota del 14 de agosto.
Los analistas locales están muy divididos, revela un despacho de Bank of America desde Caracas correspondiente a septiembre. Algunos predicen un evento crediticio para el segundo semestre de 2016, preocupados porque el ritmo de liquidación y los activos necesarios para cubrir el hueco financiero no podrá mantenerse por dos años consecutivos; mientras, otros señalan que este criterio subestima el valor de los haberes en las cuentas venezolanas.
“Seguimos viendo el escenario del default en 2016 como el menos probable”, indica el banco. “También creemos que el mercado está sobreestimando las probabilidades de una cesación de pagos de Venezuela y subestimando la posibilidad de una transición política en 2016”, añadió.
El elemento político es también de importancia para Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, quien señaló que, aunque un evento crediticio es posible en 2016, “es más probable que antes tengamos una crisis institucional”.
LOS COSTOS
El profesor universitario y analista del mercado de valores, José Ignacio Guarino, descarta la posibilidad de que Venezuela evada sus compromisos externos, porque se trataría de una decisión sumamente costosa.
“Tendríamos que comernos el petróleo”, expresó, en alusión al hecho de que, en un contexto de default, cualquier carguero que entre a aguas internacionales estaría sujeto a embargo.
Barclays dibujó el escenario más detalladamente: “Su alta exposición externa y dependencia del comercio, hacen que Venezuela sea particularmente vulnerable a las acciones ejecutadas por los tenedores de bonos. Los activos del Gobierno pueden estar protegidos por convenios internacionales pero los activos comerciales de Pdvsa (refinerías, tanqueros, etc.) pueden ser sujetos a embargo. Pdvsa en particular tiene participación total o parcial en 14 refinerías”.
Guarino también refirió que un impago podría tener un efecto colateral en el financiamiento de China. “A ellos no les conviene que Venezuela entre cesación de pagos”, sostuvo.
Considera que el Gobierno optará por continuar con las restricciones internas, manteniendo invariable la deuda con el sector privado. Para él, si el servicio de la deuda llegara a complicarse lo que podría haber es un refinanciamiento.
Sin embargo, sopesa la probabilidad de que el Ejecutivo decida mantener el modelo económico. “Si no hay un cambio político que se refleje en lo económico, las probabilidades de default son muy altas”, admitió.
LA RECOMPRA
A través del fondo de pensiones, PDVSA ejecutó una fuerte recompra de los títulos Pdvsa15 y una porción de Pdvsa17, una estrategia que, pese a no ser nueva, fue recibida por el mercado como una señal de que las autoridades están dispuestas a honrar sus compromisos.
La cotización de estos papeles ha caído a niveles en los que resulta más conveniente para la estatal sacarlos del mercado.
Barclays calcula que este fondo de pensiones debe tener 1,1 mil millones de dólares en títulos Pdvsa15 y alrededor de 1.000 millones de dólares del Pdvsa17. La firma anticipa que, con los precios actuales, para noviembre el fondo podría comprar la totalidad del bono Pdvsa16 y 33% del Pdvsa17. También recordó que la petrolera ha ahorrado 3.000 millones de dólares fuera de las reservas internacionales que destinará a pagar sus próximos vencimientos.
Guarino considera que la estrategia de recompra es positiva y que el mercado ha tenido una buena lectura de la operación. “De esta forma se minimiza la percepción de riesgo de default”, señaló.
Por Nicolle Yapur
@NicolleYapur
redaccion@dinero.com.ve
El análisis completo puede buscarlo en la edición 299 de la revista DINERO ya disponible en el país.
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