Inflación de 4 dígitos y crecimiento cero estiman para 2017

Los pronósticos no parecen dilucidar buenas noticias para el futuro del país. Se calcula que las tasas de desempleo aumentarán en un 12% y la inflación subyacente esperada para superar el 1100% iniciando el venidero año, para continuar en aumento. Las posibilidades de que aumente el barril por encima de 60 USD son virtualmente nulas de aquí en adelante y se prevé que el crecimiento económico del país será de 0%, así fueron las proyecciones de analistas para el 2017.

En el foro que organizó Ecoanalítica, "Venezuela entre el cambio y más de lo mismo Escenarios 2017", los expertos Ramón Key, Michael Penfold, Ángel Oropeza, Luis Pedro España, Asdrúbal Oliveros y Alejandro Grisanti mostraron como estaría el país en el 2017, si no hay cambios en política económica.

Penfold, un Ph.D. de la Universidad de Columbia especializado en temas de Economía Política y Política Comparada, afirma que los costos de la crisis serán aún mayores, en la medida que pase el tiempo y las autoridades no tomen las medidas necesarias para la recuperación económica, social y política de la nación. El año pasado el Producto Interno Bruto –PIB– disminuyó en seis puntos y se prevé –según cifras extraoficiales del Banco Central de Venezuela– que para inicios de 2017 bajará más, superando los 15 puntos. Asimismo calificó como "chucuta" la mesa de diálogo entre el oficialismo y la oposición, que no termina de contar con el apoyo popular.

El director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, Luis Pedro España, afirma que el país "está mal". Agrega que alrededor de un 96 por ciento de la población reconoce como mala la gestión del Gobierno del presidente Nicolás Maduro, "empeñada" más en posturas políticas que en resolver el tema económico.

Ramón Key, coordinador del Centro Internacional de Energía y Ambiente, señala que para alcanzar la recuperación económica, tan necesaria, se debe pasar por la recuperación de la actividad petrolera del país. Es necesario un cambio del modelo rentista y también lo es la reestructuración de los invadidos sectores: público y privado.

Venezuela ha bajado dramáticamente su producción petrolera en esos últimos años y son las empresas mixtas las que han evitado que la producción termine de caer. Asegura que la organización “ha aprendido de los errores del pasado” y que ha aprendido a defender precios sin sacrificar su participación en el mercado ante caídas de demanda; dicho escenario de precios dependerá del acuerdo que podría repuntar los precios para 2017 pero no superarán los 60 USD por barril: la cesta venezolana podría estimarse alrededor de los $48 –con un WTI de $52,43 y un Brent de $57,01–: que sigue sin ser suficiente. Aun así, concluye, que con las reformas pueden llegar a tomar más tiempo del previsto y eso no ayudaría a los países necesitados por acuerdos de este corte: tal como Nigeria y Venezuela.

Por otro lado, el economista y director de la firma nacional Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, aseguró que no valía adivinar en cuanto estaría el dólar para el 2017, “dadas las condiciones”. Critica y lamenta profusamente los tipos de ajustes que el Ejecutivo ha acogido en materia económica y cambiaria para el país en los últimos tiempos: entre ellas, la reducción de importaciones “indiscriminadas” –de todo tipo de suministros–, la venta de activos externos, caída de las reservas internacionales, todo en torno al tema de las deudas, etc. Se manifiesta detractor de las medidas de control cambiario impuestas, ya que entre sus tejidos se cultivan  denunciadas corruptelas, además de actitudes discriminatorias en repartición de divisas –tema empresas del sector público en manos del Estado recibe el 65% de los recursos y sector privado un 35%–. Oliveros propone la posibilidad de un proceso de unificación de los tipos de cambio.

“Es mentira que se necesitan enormes cantidades de dólares para establecer el mercado cambiario”, explicó y además defendió la idea de que a partir de esa medida se pudiera eliminar cualquier mecanismo ‘ilegal’, alternativo para la obtención de las solicitadas divisas –llámese mercado negro–. Según Oliveros, el tipo de cambio de equilibrio está cerca de Bs. 835 por dólar –El actual precio del dólar negro está muy por encima de la tasa de Bs. 10 que establece el Ejecutivo para el cambio protegido (DIPRO), y  lejos de la tasa DICOM, 1200 Bs–.

Violando los principios más elementales de la economía, se han imprimido cantidades de billetes sin respaldo en valores reales: desde el año pasado el dinero circulante se duplicó. Denuncia que se ha tenido “una visión muy contable del tema cambiario” y que es este excedente de liquidez e inyección desmesurada de bolívares en el país, lo que detona principalmente distorsiones en tema cambiario e inflacionario.

Precisó que hay que diseñar una estrategia de “disparadores automáticos”, es muy importante de tener en cuenta frente a la volatilidad de los tipos de cambio: como una medida de contingencia para enfrentar las constantes y dramáticas fluctuaciones de divisas. El dólar en mercado “negro” –paralelo– presentó en un mes un aumento de 40%, al superar los 2.000 bolívares el pasado lunes 21 de noviembre y sigue en ascenso: hoy supera los 4.000 bolívares. Asegura que para 2017 se esperan aún mayores incrementos, si sigue implementándose el actual modelo económico y el pernicioso esquema cambiario venezolano, al que asume como un esquema político –asociable al chavismo–, más que un esquema económico, netamente. El sector privado absorbió la mayor parte de la justa.

Al menos, un tercio de las importaciones privadas que se hagan en 2017, serán al tipo de cambio paralelo –para compensar–, en ánimos de seguir en cancha. “En una economía que tiene múltiples desequilibrios las distorsiones se ven reflejadas en el tipo de cambio. Ya no hay estabilidad en el tipo de cambio paralelo que permita reponer lo que se invierta”, comentó Oliveros a periodistas, durante el evento. Se prospecta una caída de importaciones, devaluación en la tasa DIPRO, aún menor financiamiento de las importaciones privadas, deterioro del poder adquisitivos, presión al alza de los índices de desabastecimiento, inflación – que en los próximos meses, incluso para el próximo año, no será necesariamente parecida a la registrada anteriormente y no afectará a todos los sectores de la misma forma – y escasez; habrán mayores controles en los mecanismos de distribución de divisas –especialmente en rubros alimenticios y de productos para el cuidado personal–. También exhortó a los presentes a prepararse “para un primer trimestre muy duro en término de provisiones”. El economista también instó al Ejecutivo llevar a cabo acciones para mantener la disciplina fiscal y monetaria para el control del aumento de los precios.

Asdrúbal ha planteado cuatro escenarios claves, ordenados de acuerdo a las probabilidades de que ocurra: En el primero, contempla que no haya cambio de gobierno, pero que como medida se frene el exceso de liquidez: se contempla un mínimo de control y se evitaría que empeorase precipitosamente, a corto plazo –pero no mejoraría–; en el segundo se contempla que ocurra lo contrario: mismo gobierno y más liquidez, tal y como se describió sería por demás desastroso. También se prevé si llega a ocurrir una coalición chavismo-oposición: en ese tercer escenario se cree que habría un acuerdo y se ‘legalizaría el paralelo’ –asimismo, defendió que el dólar paralelo representa actualmente el “escape” ante la escasez de divisas oficiales, mientras no se resuelvan los problemas de fondo–. Y para un cuarto escenario se plantea –muy lejana y someramente– que la oposición llegue al poder: idealmente se buscaría desmontar el control cambiario y se tumbaría el ‘paralelo’.

Oliveros, en nombre de Ecoanalítica recomendó a quien desee garantizar un mínimo de resguardo a sus bienes y capital, que mantenga una posición larga en dólares, o activos indexables en USD –y corta en bolívares–. En esa línea, Alejandro Grisanti –economista y también director de Ecoanalítica– también aconsejó a la gente que tuviera ‘bonos’ y no maneje con propiedad el tema, dejárselos a los que saben manejarlos.

Se finalizó con la ronda de ponencias, con un par de conclusiones planteadas por los expositores: La nación, desde una perspectiva optimista, presentará un crecimiento cercano a 0%. El futuro de Venezuela lo ve muy frágil y todo parece indicar que el 2017 será más difícil. Los expertos asumen que tomarán un mínimo de medidas para garantizar que no empeore más la situación. Grisanti se refiere a ésta como la crisis más grande y profunda que ha vivido algún país de América Latina en los últimos 35 años: "Venezuela, en este momento, no puede costearse más y mayores malas decisiones en políticas económicas por parte de sus líderes".

"Quienes avisan que ya lo han venido diciendo, han vuelto a advertir que la crisis económica que padecemos los venezolanos desde hace más de 20 años, se ha exacerbado a partir de las políticas –erráticas–del actual Gobierno Nacional. Si no se corrige con urgencia, y no se toman las previsiones necesarias, el panorama se pinta aún más negro, para la nación caribeña: en el mejor de los casos, seguiremos como estamos ahora, porque no es posible una mejoría a corto, ni a mediano plazo: Se asoma la idea: Viva sus navidades con “lo mínimo”. Es necesario blindarse, resistir y avanzar: que ahora es que falta", se conoció al final de las ponencias.

Por: Mariagabriela Telleria

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