Consecomercio afirma que el Dakazo sólo trajo más escasez

Según el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), el popularmente llamado Dakazo marca un antes y un después en la actividad comercial y la expedición de servicios formales del país, porque sus consecuencias han sido: más escasez, cierre de establecimientos, desempleo sectorial, desabastecimiento en expansión, colas en abundancia y más consumidores molestos, es decir, un agravamiento de lo que ya existía como problema para el momento de dicha decisión.

Para Consecomercio la orden de “vaciar los anaqueles” que se impartió hace dos años, se tradujo en la peor de las decisiones en contra de la propiedad privada en el sector terciario. Ella convirtió en acusados a empresarios que sólo habían actuado en cumplimiento de lo que el Ejecutivo y el Banco Central implementaron en medida cambiaria, y en cazadora de una falsa oferta de productos a una población que ahora está impedida de adquirir nuevos productos, al provocarse la desaparición de los comercios  y la justificada ausencia de nuevas inversiones privadas.

La anticipada puesta en vigencia de la reforma de la Ley de Precios Justos, por otra parte, siempre en atención al propósito gubernamental de querer favorecer a los consumidores a expensas del comercio y los expendedores de servicios, y no con base en la garantía permanente de una oferta constante de bienes y servicios, como de una competencia entre vendedores formales, sólo profundizará las consecuencias de lo que se inició hace dos años en contra del sector terciario.

Consecomercio recuerda que también la historia mundial del comercio, ha demostrado que donde hay abundancia de bienes y competencia entre los comerciantes, no se hacen necesarias las acusaciones de especuladores o de acaparadores, porque son los consumidores los que deciden y no los ciudadanos que ocupan los cargos públicos.

El Consejo Nacional del Comercio y los Servicios considera que los últimos procedimientos en contra de vendedores particulares de autopartes y de los concesionarios de los comercios municipales de Quinta Crespo y del Mercado al Por Mayor de Coche, en Caracas, como en otras partes del país, han sido excesivos y desproporcionados.

Y es así porque se ha recurrido a acciones que parten del principio de desconocer que en Venezuela no  hay acceso al dólar oficial, salvo para quien decide el Ejecutivo, y que hay inventarios de bienes adquiridos en el trayecto de múltiples resoluciones de poca vida y prolongada adjudicación gubernamental.

 Pero, además, fijándose caprichosos niveles porcentuales de rentabilidad, mientras la estructura de costos es literalmente modificada a diario por las incidencias de la inflación desbocada que incide en la economía y en el sistema de vida de todos los venezolanos.

Consecomercio estima que la escasez, el desabastecimiento, las colas y la informalización del comercio y la expedición de servicios no se combaten con procedimientos punitivos en contra de productores, industriales o comerciantes. Eso sólo es posible con más y mejor producción nacional, e importaciones oportunas y dinámicas de insumos, materias primas, repuestos, bienes de capital, y con las compras internacionales complementarias a lo que se puede producir en el país.

También es posible admitiendo que sólo la eliminación progresiva de los controles de cambio y de precios, y la adopción de una ya impostergable disciplina en las políticas fiscal y monetaria del país, es lo que impedirá que se siga agravando lo que hoy está viviendo Venezuela en materia económica.

NP