Arango pide "resultados" a la Vinotinto: Si no ganas, no sumas

“Dicen que soy agrandado, mala persona. Pero cuando me conocen soy abierto al diálogo, a todo lo que se pueda hablar”, dijo Juan Arango al comienzo de la rueda de prensa. Se había reunido con un grupo de periodistas para la proyección de Arangol, el documental que narra principalmente la carrera futbolística en el extranjero del goleador zurdo nacido en Maracay en 1980.

A pesar de estas palabras hay varios temas de los que a Arango no le gusta hablar. Su vida privada es uno de ellos. En el filme, dirigido por Emil Zabala, es poco lo que se muestra fuera de la cancha de quien capitaneara la selección nacional durante más de un lustro: en 2015 se retiró del equipo y de un rol que había asumido en 2008, cuando César Farías le dio la responsabilidad de reemplazar a José Manuel Rey, quien a su vez había sustituido a Luis “Pájaro” Vera.

Lleva un tatuaje en el hombro izquierdo con el número 18, el mismo que ha portado desde siempre en el dorso de su uniforme y que corresponde al día que nació su hermano mayor, fallecido cuando ambos eran pequeños.

Un hombre callado, retraído, discreto. Aunque más bien se muestra antipático, no es una palabra con la que lo describen quienes hablan en Arangol: algunos de sus compañeros de equipo, jugadores, técnicos, preparadores y familiares. Todos luego coinciden en que ese carácter reservado queda atrás cuando Arango pisa la grama; entonces, brilla, se adueña de la palabra talento.

 Arango actualmente es el enganche y capitán del Zulia FC.

El documental está listo, ¿qué cree que faltó por decirse?

Yo soy bastante crítico y le exigí mucho al director. Uno quiere que salgan muchas cosas, porque se grabó bastante material; pero hubo otras que no se lograron, como entrevistas a César Farías, Richard Páez, a otros jugadores. Pero si se mete todo eso en el documental vamos a necesitar una saga.

¿Qué hizo cuando lo vio por primera vez?

Yo casi no lloro; no sé cuánto tiempo tengo sin llorar. Y cuando lo vi casi lloro. Y casi es decir bastante.

La madre de Juan Arango, Gladys Sáenz, recuerda que el de él fue un parto complicado, que implicó incluso el uso de fórceps. Proveniente de una familia humilde que había llegado al estado Aragua casi por destino, Arango mostró interés–y las condiciones físicas− por el balón desde los seis años. Entonces arrancó sus prácticas en el Centro Hispano Venezolano. Jugó en Nueva Cádiz, en Zulianos FC y en unos meses en el Caracas Fútbol Club antes de pasar a la Vinotinto, en el año 1999, selección con la que anotó 23 goles durante los 16 años que jugó.

Muy pronto, cuando iniciaba el nuevo siglo, comenzó su internacionalización. Primero en Monterrey, luego Pachuca y Puebla, en México. En 2004, gracias al director técnico Benito Floro, se ficha con el RCD Mallorca en España. Cinco años más tarde decide viajar a Alemania para ingresar a las filas del Borussia Mönchengladbach (en su carrera europea alcanzó un total de 72 anotaciones), equipo del que pasa nuevamente al continente americano para jugar con el mexicano Club Tijuana y más recientemente al New York Cosmos.

Así como el documental de 90 minutos de duración, que se exhibe en 14 salas del país y que llegará a Miami, otro de los acontecimientos que llevó a Arango a las noticias fue el haber recibido el balón de oro de la North American Soccer League (NASL), que galardona al jugador más valioso de la temporada. Además fue nombrado el Jugador del Año del  Cosmos, con 15 goles y ocho asistencias. Pero son alegrías que se empañan con la decisión del equipo de rescindir su contrato, así como el del resto de sus jugadores, pues suspendió operaciones por problemas financieros. “Mi representante está en Estados Unidos trabajando en buscar otros equipos. Vamos a ver a dónde iré. Puede ser allá o acá en Venezuela”, afirmó sobre su futuro cercano.

Actualmente está al frente, además, de la Fundación Escuela de Fútbol Juan Arango, con sedes en Valencia, Maracay y San Antonio de los Altos. De estas filas han salido jugadores como Deyna Castellanos, su “ahijada” deportiva. “Aunque estoy bastante lejos de Venezuela siempre estoy pendiente de lo que hacen y cómo van los jugadores”, asegura el centrocampista en una de las tomas de Arangol.

¿Cómo recuerda ese ingreso a la selección nacional?

Con la llegada de José Omar Pastoriza empezó a cambiar el fútbol venezolano. Él le dio unión, porque tiempo atrás había muchos jugadores individualmente buenos,  pero no había un equipo en conjunto. Y de ahí empezó la era de Richard Páez, que le dio más calidad a la selección. César Farías, posteriormente, le dio más fuerza. Pero creo que la base de todo fue Pastoriza.

A la distancia, ¿qué juicio hace de la Copa América que se jugó en Venezuela en el año 2007?

Allí nos fue más o menos.  Pensábamos llegar un poco más lejos. No lo hicimos; pero fuimos agarrando más experiencia. En la siguiente nos fue mejor y estábamos más fuertes como grupo. Y eso es lo que ha caracterizado a la selección de 1999 para acá. Hace poco el equipo tuvo un rompimiento entre cuerpo técnico y jugadores, y este es un deporte de conjunto, así que se torna complicado cuando se dan esas situaciones: no llegan los resultados y se cometen muchos errores. Cuando se juega a un alto nivel, esos errores se pagan. Por eso no se han sacado los resultados esperados.    

¿Qué es lo que mejor recuerda de sus años como capitán de la Vinotinto?

La Copa América en la que estuvimos cerca de ir a la final, estuvimos también cerca de ir a un mundial. Esas son las cosas que a uno le quedan. Por pequeños detalles no pudimos estar: por los penales no entramos a la final de la copa. Son cosas que uno vivió y cuando piensa en ello te das cuenta de que por lo menos hiciste un gran trabajo, estuvimos cerca de lograr los objetivos.

En su carrera, ¿cuáles han sido los goles, los entrenadores?

Goles recordados… uno con el Mallorca, y con la selección aquel que fue contra Bolivia en Maracaibo en el último minuto. En mis pasos por los equipos, no me quejo de ninguno. Sobre los entrenadores, desde pequeño hasta ahora cada uno ha tenido su filosofía y no te puedo decir cuál puede ser el favorito porque con cada uno me identifiqué y me fue bien. Con el que menos estuve fue con (Noel) ‘Chita’ Sanvicente, porque fue nada más en la Copa América y en partidos amistosos.

¿Volvería a jugar con la selección nacional?

No. Ya la decisión está tomada. El regreso sería para un partido de despedida. Ya sobre eso la Federación Venezolana de Fútbol, Rafael Dudamel, tomarán la decisión de si puede ser uno o dos partidos. No lo sé. Será complicado; porque si se hace un partido en el oriente del país, los de acá se van a calentar. Estoy en buenas condiciones, pero ya tomé la decisión de no seguir con la Vinotinto.

¿Dónde le gustaría retirarse?

Tengo ganas de que sea aquí en Venezuela, puede ser en el Zulia. ¡Por qué no! Aparte mi novia (la ex Miss Diana Lozano) es maracucha. Hay varias posibilidades.

¿Y se dedicaría a la vida de entrenador?

No lo haría. No me veo en esa figura, sino más como representante de jugadores. Es la idea que tengo al tratar de sacar algunos jugadores al extranjero.

Si es cierto que Juan Arango es escaso de palabras al momento de conversar con los suyos, cuando se trata de temas controversiales o políticos se cierra aún más. Su interés no está precisamente en esos ámbitos o quizás no es de su agrado fijar posiciones en público.

¿Qué considera se puede hacer en la Federación Venezolana de Fútbol? ¿Con cuáles políticas no estuvo de acuerdo?

En ese tema no quiero entrar.

¿Qué opina sobre el apoyo económico que reciben los equipos y clubes venezolanos?

De eso no me gustaría hablar porque es un tema de discusión que ahorita mismo no me compete.

¿Hacia dónde considera que se debe orientar la estrategia de la Vinotinto para remontar de ese lugar estancado en el que está?

Resultados. Porque con la llegada de Rafael Dudamel el equipo ha tenido más unión, mejor juego. Ha habido errores puntuales que han costado resultados, pero en todos los partidos es cuestión de eso. Si no ganas no sumas.

Por María Angelina Castillo

redaccion@dinero.com.ve

La entrevista está disponible en la edición 306 de la revista DINERO disponible en todo el país.